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18 marzo, 2025

De Mamá Cora a Soledad Solari: los personajes más emblemáticos de Antonio Gasalla

Antonio Gasalla fue uno de los grandes íconos del humor argentino, dejando una huella imborrable en la televisión, el cine y el teatro con su inigualable talento para la comedia. Su capacidad para la observación social, su agudo ingenio y su destreza para interpretar múltiples personajes lo convirtieron en un referente indiscutido del espectáculo.

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A lo largo de su trayectoria, Gasalla creó personajes inolvidables que trascendieron generaciones y se convirtieron en parte de la cultura popular argentina. Desde la inconfundible Mamá Cora en “Esperando la carroza” hasta los clásicos personajes de sus sketches televisivos, su legado sigue más vivo que nunca.

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Mamá Cora: el ícono de “Esperando la carroza”

Uno de los personajes más recordados de Antonio Gasalla es Mamá Cora, la entrañable abuela de Esperando la carroza (1985). Con su inconfundible voz temblorosa, su actitud despistada y su apariencia desaliñada, se convirtió en el alma de la película y en una de las figuras más queridas del cine argentino.

La escena en la que la familia se desespera al creer que la anciana murió es uno de los momentos más icónicos del film. Frases como “¿Dónde está mi amiga?”, entre otras.

Lo más sorprendente es que Gasalla construyó el personaje basándose en una abuela que conocía en la vida real, dotándola de un realismo que hizo que el público la sintiera auténtica. Años después, el actor recordó con cariño cómo Mamá Cora se convirtió en una figura tan emblemática: “Mucha gente cree que es una mujer real, y eso me encanta. Yo simplemente tomé a esas abuelas que todos tuvimos en algún momento y les di vida”.

La Abuela de Gasalla: el terror de los famosos en la televisión

Otro de los personajes más populares de Gasalla fue La Abuela, que apareció en varios programas de televisión. Este personaje entrevistaba a celebridades con un tono irónico y pícaro, logrando poner en aprietos a figuras como Susana Giménez, Diego Maradona y Lionel Messi.

Las entrevistas se convirtieron en un clásico, ya que Gasalla tenía la capacidad única de hacer que los entrevistados se rieran de sí mismos, mientras el público disfrutaba del juego de la improvisación.

La Señora Mayor: la reina del engaño y la manipulación

Uno de los personajes más emblemáticos de Antonio Gasalla fue La Señora Mayor, una anciana manipuladora que hacía creer a su familia que no podía caminar y por eso nunca se levantaba de su silla de ruedas. Su hija Marta (Norma Pons) y sus hermanas Ana María y Margarita debían atenderla constantemente, convirtiéndose en víctimas de sus caprichos.

Con su icónico latiguillo, “Sos yegua, Marta”, la Señora Mayor se ganaba el odio y la risa del público, reprochándole a su hija cada vez que intentaba hacer algo para sí misma. Su personaje fue un reflejo exagerado de las relaciones familiares tóxicas, con una mezcla perfecta de humor y drama costumbrista.

Bárbara Don’t Worry: la parodia de una época

Otro de los personajes más icónicos del actor fue Bárbara Don’t Worry, una presentadora de televisión de cable con rasgos exagerados y deformados por las cirugías estéticas. Este personaje fue una parodia mordaz de las tendencias de los años del “uno a uno”, cuando la moda, la salud y el entretenimiento estaban marcados por el glamour importado y la obsesión por Miami.

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Bárbara Don’t Worry se convirtió en una figura excéntrica, desenfadada y torpe, pero siempre rodeada de estrellas. En su living recibió a personalidades como Fito Páez, quien le cantó al piano, y protagonizó un momento inolvidable cuando entrevistó a Susana Giménez, recordando el famoso “cenicerazo” a Huberto Roviralta.

En ese sketch, emitido en El palacio de la risa, Bárbara Don’t Worry bromeó al presentar a la diva: “La gente me confunde con ella”, dijo, en un guiño humorístico a las similitudes entre ambas en cuanto a su imagen y estilo de vida.

Con este personaje, Gasalla supo capturar y ridiculizar con maestría la fascinación de ciertos sectores de la sociedad argentina por el lujo artificial y las apariencias, dejando una crítica social enmarcada en su inigualable humor.

La maestra Noelia: educación sexual antes de su tiempo

A mediados de los años 90, Antonio Gasalla creó a La Maestra Noelia, un personaje innovador que hablaba sin tapujos de educación sexual en un momento en el que estos temas casi no se mencionaban en las escuelas argentinas.

Con su estilo didáctico y sus explicaciones directas, La Maestra Noelia ponía en evidencia la falta de información y el tabú que rodeaba a ciertos temas en el ámbito educativo. Su personaje generó risas, pero también abrió la puerta a debates sobre la modernización de la enseñanza en el país.

Inesita: el reflejo de la frivolidad y la opulencia

Otro personaje inolvidable de Gasalla fue Inesita, una mujer de clase social acomodada, obsesionada con las cirugías estéticas y los viajes. Inesita solía alardear sobre sus gastos en tratamientos de belleza, ropa exclusiva y vacaciones en destinos de lujo, representando con humor a un sector de la sociedad que vivía en una burbuja de superficialidad y derroche.

Frases como:”¡Ay, no sabés lo que gasté en París!” o “Doctor, ¿qué más me puedo operar?”, construyeron un personaje que ironizaba sobre la frivolidad extrema en la sociedad argentina de los años 90 y principios de los 2000.

Soledad Solari: la maestra de la infancia argentina

La estricta y exagerada maestra Soledad Solari fue otro de los personajes más recordados de Gasalla. Inspirada en las docentes de la escuela pública, con un tono dramático y reacciones exageradas, representaba las situaciones típicas de un aula con un humor desopilante. Con su clásico peinado recogido y su voz autoritaria, soltaba frases como “¿Me están cachando?”.

Este personaje generó una fuerte identificación en el público, que veía en ella a sus propias maestras de la infancia. Gasalla logró que Soledad Solari se convirtiera en una caricatura entrañable de la educación argentina.

La Empleada Pública: la burocracia hecha comedia

En su sketch de La Empleada Pública, Gasalla reflejó con maestría las dificultades y absurdos de la burocracia argentina. Con una actuación impecable, interpretaba a una trabajadora estatal que jamás resolvía los trámites de los ciudadanos, pero siempre encontraba una excusa para no hacerlo.

De qué murió Antonio Gasalla

Con frases como: “A ver… espere un momentito”, “Uy, qué lástima, justo se cayó el sistema”, “No, señor, hoy no puedo atenderlo, tiene que volver el mes que viene con otro formulario”.

La Niña: la inocencia con un toque de picardía

Otro personaje inolvidable fue La Niña, una niña adulta que relataba con picardía e ingenuidad situaciones familiares. Con su peinado de dos colitas y su ropa infantil, Gasalla lograba capturar la esencia de la infancia con un tono humorístico.

La clave del personaje era su capacidad de decir verdades incómodas con total naturalidad, logrando un contraste hilarante entre su apariencia infantil y los temas que trataba.

JCCL/ff

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