La ciudadana boliviana Marisol Saavedra Chungara (55), apodada la “Reina del Sur” y considerada la líder de una organización narcocriminal con base en el Barrio 1-11-14 del Bajo Flores porteño, fue condenada a 8 años de prisión por el “narcobombardeo” de casi 300 kilos de cocaína arrojados desde una avioneta, en enero de 2022, en un campo de Pergamino.
En el mismo fallo, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°3 de Rosario condenó a 4 años de cárcel a dos hijos de la mujer y a otros dos hombres. De acuerdo a la justicia, ella coordinaba y estos últimos realizaban las tareas de vigilancia y logística.
La sentencia fue dictada a fines del mes pasado, cuando el juez rosarino Mario Gambacorta homologó los acuerdos alcanzados en un proceso abreviado entre el fiscal federal Federico Reynares Solari y las defensas de Saavedra Chungara; sus hijos, Juliana Justiniano Saavedra y Mauricio Justiniano Saavedra; Elves García de Olivera, de nacionalidad brasileña; y Denicio Zacarías Reyes, oriundo de Paraguay.
Las escuchas, una prueba clave
“Ahí le comunico con la señora del sur”, dice una voz femenina al teléfono. El diálogo que sigue se escucha clarito en una intervención telefónica tomada en diciembre del 2021 por la justicia federal en el marco de esta investigación por tráfico de droga desde Bolivia. Del otro lado de la línea hay un hombre que cuando escucha eso de “la señora del sur” suelta una risita.
Al instante una segunda mujer aparece en la conversación. Entonces el hombre le toma el pelo: “Ay, ay, ay… ¡¿Cómo anda Reina del Sur?!”. Saavedra Chungara larga la carcajada cuando su contacto la llama por el apodo que ella misma eligió y que remite a una famosa serie de Netflix -basada en la novela del escritor español Arturo Pérez Reverte- en la que se narra la vida de una jefa narco mexicana.
Fue tras el análisis de una serie de escuchas telefónicas que el 19 de enero de 2022 se realizó un operativo en el que la “Reina del Sur” y los cuatro integrantes de la organización ahora condenados fueron detenidos en un campo de localidad de Rancagua, a 18 kilómetros de Pergamino.
Ese día, cerca de las 6.20, el personal policial observó a una avioneta que pasó unas cuatro veces sobre la zona y arrojó varios paquetes. En el campo se hallaron tres trozos de tela de cinco metros de largo por 50 centímetros de ancho que servían de referencia para marcarle al piloto de la aeronave los sitios para “bombardear” la carga.
Según las fuentes judiciales, en ese procedimiento se secuestraron cuatro bultos que contenían unos 130 kilos de cocaína distribuidos en 30 paquetes confeccionados con bolsas de polipropileno en distintas capas y colores, y recubiertos de un film con la imagen de un felino, un sello distintivo de los carteles narcos.
Más “bombardeos” de droga
Tres meses después, y a partir de la denuncia de trabajadores rurales que dijeron haber visto paquetes similares en campos de la zona, se secuestraron dos bultos más: uno con 96,400 kilos de cocaína y el otro con 64,040 kilos.
En total, la banda había hecho “llover” 289,114 kilos de clorhidrato de cocaína, mientras que otros 212 gramos de la misma droga fueron secuestrados en un domicilio porteño de otro imputado que aun se encuentra prófugo.
A través de las escuchas telefónicas se pudo constatar que Saavedra Chungara coordinaba la logística de la recepción de la droga arrojada desde la avioneta. A su vez, se estableció que la cocaína era enviada desde Bolivia y que desde allí indicaban los días y horarios en los que debían esperar el cargamento.
Esta investigación, a cargo del fiscal federal de San Nicolás, Matías Di Lello; y del juez federal de esa jurisdicción, Carlos Villafuerte Ruzo, comenzó en agosto de 2021 y demandó el seguimiento durante varios meses de un grupo de sospechosos con base en el barrio 1-11-14 de Flores y que traficaban droga desde Bolivia en vuelos clandestinos.
La “Reina del Sur” recibió la pena más alta por ser considerada “autora” del delito de “tráfico ilícito de sustancias estupefacientes, en la modalidad de comercialización y transporte agravado por la intervención organizada de tres o más personas”.
El resto de los condenados fue hallado culpable del mismo delito, pero en calidad de “partícipes secundarios”.
En el caso de Mauricio, el hijo de la líder, era el titular de una de las Volkswagen Amarok en la que se cargó parte de la droga arrojada desde la avioneta. También quedó grabado en una escucha en la que le reprocha a su madre la falta de dinero y le dice: “Mañana va a ser”, en referencia a una maniobra narco en la que ambos estarían implicados.
AA
