A sus 70 años, Aníbal Pachano enfrenta un nuevo desafío de salud, pero lo hace con esperanza y emoción: será abuelo por primera vez. El coreógrafo y director teatral habló con Ale Rubio en Íntimamente (Radio Rivadavia) y reveló que está nuevamente en tratamiento oncológico tras una recaída, pero decidido a seguir adelante.
“Estoy feliz, voy a ser abuelo y ya podemos contarlo”, contó, entusiasmado. “Pasaron los tres primeros meses y los padres nos autorizaron. Estamos re contentos con Ana que vamos a ser abuelos. Yo tenía muchas ganas” dijo el coreógrafo.
Pachano explicó que la noticia llegó como una caricia al alma: “En un momento cuando ellos ya decidieron ser padres hicieron un pacto-promesa, con un papel que decía que en algún momento me prometían que iba a ser abuelo, y firmamos los tres”.
A pesar de la alegría, no ocultó el difícil momento que atraviesa: “Estoy transitando ahora nuevamente por un cáncer. Una nueva parte de la enfermedad. Estoy recién operado, en recuperación”. Según detalló, la enfermedad se reactivó desde el pulmón y se disparó a la glándula suprarrenal. Fue operado el 30 de junio y se encuentra en tratamiento.
“Quieras que no, por más que yo sea un resiliente de la vida y de la enfermedad, eso no me dejó de preocuparme, de alertar, y de volver a estar atento a lo que me sucede en el cuerpo”, expresó. “Yo pensé que era otra cosa y era que nuevamente se me había disparado el cáncer”.
Aníbal fue claro al contar cómo lo enfrenta: “Seguramente voy a hacer todo un tratamiento oncológico a partir de agosto y voy a ponerle toda la fuerza y la garra que toda la vida puse, y más con todo esto que está sucediendo a favor en la familia, la alegría que viene un nieto, hijo de mi única hija maravillosa”.
Además, reflexionó sobre su actitud frente a la enfermedad: “Hay que ponerle garra y mirar para adelante. Obvio que el primer bajón te agarra, pero una vez que pasa el impacto cuando te dan el diagnóstico, hay que tirar para adelante, no hay otra”.
Pachano también compartió que fue una caída accidental lo que lo llevó a descubrir a tiempo la reactivación del cáncer: “Me caí, me golpeé, me quebré dos costillas, y eso hizo que me ocupara de hacerme todos los análisis”. Gracias a esos estudios, se detectó el tumor, que por fortuna estaba encapsulado y pudo ser operado.
“Fue un milagro, porque si no me hubiese caído, hubiese seguido sin atenderme y hubiese sido peor”, remarcó. Ahora, con tratamiento médico y acompañamiento emocional, apuesta al futuro: “Estamos en la recuperación y dispuesto a disfrutar a mi nieto”.
