No son peronistas, pero hacían lo mismo que Chocolate Rigau. Vaciaban sueldos de $700.000. La historia que explica el silencio de toda la política en cinco meses.
14 de febrero 2024, 00:02hs
El hombre canoso que se saludaba con Julio “Chocolate” Rigau en los cajeros automáticos de La Plata y usaba tarjetas de empleados fantasma del Senado bonaerense es un conocido militante radical de La Plata y exfuncionario municipal, Hugo Muguerza. En tanto, la mujer que entra y sale de los cajeros junto a él en distintos videos incorporados a la “causa Chocolate” sería su esposa, según la hipótesis más fuerte de la investigación a esta hora.
Ambos manipulaban tarjetas de débito de empleados fantasma del Senado de la provincia de Buenos Aires, como adelantó TN en diciembre. La operatoria es la misma que en el caso del recaudador Rigau y sus jefes, Claudio y Facundo Albini, procesados con prisión preventiva por asociación ilícita y fraude al Estado. Extraían millones con tarjetas de gente que no iba a trabajar pero tampoco cobraba. Alguien recaudaba esos sueldos en los cajeros.
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Estos nuevos “chocolates” del Senado y no peronistas, junto a los dueños de las tarjetas que manipulaban, son un universo de familias del radicalismo de la capital bonaerense. Militantes, amigos y familiares de sangre y políticos. La situación de este grupo era acuciante desde que se reveló la primera trama de las tarjetas de la corrupción, pero se tornó dramática.
No solo por la difusión del video del famoso saludo en el cajero entre Rigau y un señor canoso que ahora se sabe que era Muguerza, el 5 de septiembre de 2023 a las 5.50 AM en la famosa sucursal de 7 y 54 del Banco Provincia de La Plata. No solo por las citaciones judiciales que empezaron a recibir los prestanombres de este grupo. Si no porque Muguerza transita una delicada enfermedad y en la última semana tuvo que ser internado.
Muguerza, radical de toda la vida, pertenece a una línea de la UCR que formó parte del primer gobierno de Julio Garro y luego se abrió. Fue subsecretario de Espacio Público en aquel gabinete. Su grupo de pertenencia es el del conocido dirigente Javier Quinterno (fallecido), junto a un puñado de amigos de la vida y empresarios inmobiliarios, ligados a la Municipalidad de La Plata y al Senado. En los últimos años, se los vio juntos en actos de Facundo Manes.
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Los 39 empleados fantasma del Senado cuyos sueldos de aproximadamente $700.000 movían los Muguerza están identificados. La fiscal Betina Lacki los empezó a citar a declarar. Las declaraciones son en calidad de testigos. Por ahora.
Los dueños de las tarjetas del Senado se miran en el espejo de sus “primos”, los dueños de las tarjetas de Diputados, que están procesados como partícipes necesarios de la banda, que ya estuvieron presos en algunos casos, y que conviven con la posibilidad de volver a estarlo.
Algunos ñoquis están más complicados aún. Son aquellos de las tarjetas de Chocolate que se presentaron a declarar como testigos por seguir instrucciones bajo presión. Guionados por los abogados de la banda, le presentaron a la fiscal un relato inverosímil sobre su relación con la Legislatura y con los sueldos liquidados a sus nombres.
Hoy las dos tramas, Chocolate y Chocolate II, se investigan dentro de la misma causa judicial, impulsada por Lacki, y con Federico Guillermo Atencio como juez de Garantías. Hay tres detenidos. Julio Rigau (el recaudador), Claudio Albini (subdirector de Personal de la Cámara de Diputados dentro de la Secretaría Administrativa, a quien Rigau le rendía dinero según chats peritados en la causa) y Facundo Albini (empleado de la Secretaría Administrativa, exfuncionario allí, como Director de Control y Gestión).
Están procesados con prisión preventiva por asociación ilícita y fraude al Estado y mantienen un pacto de silencio. Por ahora. Los abogados de la banda buscaron la libertad de todos en la Cámara Penal de La Plata, pero en esta instancia se confirmaron sus prisiones preventivas. Ahora pueden insistir en el tribunal de Casación. El silencio es cada vez más difícil de sostener.
“Chocolate II” abre un interrogante para los investigadores: ¿las dos células de recaudación comparten un eslabón administrativo “facilitador” de contratos, tarjetas y logística, o no? ¿Qué relación hay entre la asociación ilícita que presuntamente comandaban los massistas Claudio y Facundo Albini, y estos nuevos recaudadores no peronistas, que movían plata del Senado?