El Banco Mundial podría aportar alrededor de 1.000 millones de dólares este año para programas sociales, como desembolsa habitualmente. El dinero será fundamental en un momento en el que el Gobierno dejó de ejecutar el gasto en comedores y en ayuda directa a personas en situación de pobreza.
La economista estadounidense Marianne Fay, directora del organismo para Argentina, Paraguay y Uruguay, señaló este martes que el énfasis del Banco Mundial es otorgar ayuda al Gobierno para «mitigar el impacto social» de las políticas económicas de Javier Milei, apuntadas a corregir la distorsión de precios relativos, eliminar el déficit fiscal y su financiamiento monetario para bajar la inflación.
El organismo tiene una cartera con Argentina de 28 proyectos activos por un total de US$ 8.920 millones, de los cuales la mitad todavía está por ejecutar. En 2023, el Banco Mundial desembolsó US$ 1.800 millones y para 2024 tiene asegurados US$ 700 millones, pero espera poder ampliar las inversiones.
Su foco es la «protección social y la niñez». «Estamos preocupados por la pobreza, y sobre todo por la pobreza infantil«, dijo Fay.
Consultada por Clarín sobre la falta de ejecución del gasto social en el primer trimestre del año, la economista afirmó: «Siempre cuando hay un nuevo Gobierno le cuesta poner la máquina en marcha. Estamos hablando para ver cómo podemos ayudar, hacer las cosas más simples. Confiamos en que van a poder ayudar rápidamente a la población».
Según los datos de Presupuesto Abierto, la ejecución del gasto en la función «Promoción y Asistencia Social» acumuló hasta el 24 de marzo unos $ 539.587,20 millones (en base caja, pagado), el 26,38% del presupuesto total prorrogado del año anterior -lo que implica una disminución en términos reales cercana al 70% interanual, por el efecto de la inflación-.
De ese monto, $ 275.528,82 millones fueron destinados para políticas alimentarias, tras un inicio de año en el que los comedores habían denunciado que no les enviaban recursos.
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