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1 noviembre, 2024

En Miami, Javier Milei dedicó tiempo a Twitter y fue distinguido «Embajador de Luz» por judíos ultra religiosos

Al caer la tarde, el presidente Javier Milei ya había cambiado su campera de cuero y sus pantalones cargo por un traje oscuro para luego colocarse una kipá en la cabeza. Por cuestiones de seguridad, no pudo trasladarse a pie por los apenas 50 metros flanqueados de palmeras entre el hotel donde se aloja en Miami y la sinagoga que lo homenajeaba: tuvo que utilizar una camioneta Suburban que lo depositó junto a su hermana Karina en el “Shul” del Chabad Lubavitch, la congregación que lo distinguió esta noche como “Embajador Internacional de Luz”.

Para Milei, que salió del hotel en medio de un revuelo de seguidores, esta distinción significa “una caricia al alma”, según le dijo a Clarín mientras subía a la camioneta blindada. Una estadounidense, casada con un argentino, hizo que el presidente se desviara por un momento de su estricto rumbo: llevaba a dos enormes perros y el libertario, con su hermana Karina, se detuvo a acariciarlos en medio del nerviosismo del servicio secreto.

La ceremonia, a la que asistieron más de 350 personas que pagaron una entrada- contribución para las obras de la comunidad, se extendió por varias horas. El presidente había llegado al hotel por la mañana y había estado todo el día en su habitación, con una fuerte actividad en X, ex Twitter, su red social favorita, en la que entre temas varios cargó fuerte contra la prensa y dio a entender que en Dinamarca sería copiloto de un F16. Cerca de 60 tuits y retuits.

Mientras tanto, en el lobby del hotel transitaba un paisaje de turistas en turistas en pareos y trajes de baño, mezclados con judíos observantes, muchos de ellos que vinieron a participar de la ceremonia. También se acercaron algunos curiosos para expresarle sus buenos deseos a Milei y a su hermana. Como Luis Saúl, un maestro argentino que se fue del país en la crisis del 2001 y le trajo una carta escrita a mano a cada uno. “Acepte este sobre como augurio de buena suerte”, decía la misiva, que incluía un sobre con un billete de dos dólares, símbolo de fortuna.

En un salón inmenso arreglado con cortinados azules y flores blancas, el presidente y la Secretaria General de la Presidencia fueron distinguidos por “su inquebrantable dedicación a difundir la libertad, la esperanza y la positividad frente a la oscuridad” y también, según resaltaron desde la organización, “sus incansables esfuerzos en favor de Israel y de la comunidad mundial que han sido un faro brillante, inspirando un mundo más brillante y compasivo”.

Milei estuvo acompañado por el embajador designado en EE.UU. Gerardo Werthein; el rabino Shimon Wahnish, su amigo personal, líder espiritual y embajador designado en Israel; el cineasta que registra todos sus movimientos Santiago Oria y unos pocos funcionarios de Miami y Washington.

La ceremonia fue en el “Shul”, un inmenso complejo que ocupa casi una manzana entera, que incluye una sinagoga, un centro comunitario y una escuela hebrea. La mole sobre la avenida Collins estuvo desde horas antes rodeada de una fuerte custodia, sobre todo agentes de la policía local. Fue fundada hace más de 40 años por el rabino Sholom Lipskar, un miembro de gran influencia en la comunidad.

Las sinagogas de Chabad-Lubavitch son conocidas por su acercamiento a los judíos, especialmente a los menos religiosos o seculares, como parte de una misión más amplia para atraerlos a una vida ortodoxa estrictamente observante. Forman parte de la tradición jasídica, que busca una experiencia directa de Dios a través de la oración y otros rituales.

En noviembre, poco después de haber ganado la elección, Milei visitó en Nueva York la tumba de “rebe de Lubavitch”, el rabino Menachem Mendel Schneerson, que fundó esta comunidad. El sitio es un lugar de peregrinación frecuente para judíos y otras personas que creen que hay un significado espiritual especial en las oraciones hechas en el “ohel”, la tumba del último líder del movimiento.

Milei es católico, pero su admiración y compromiso con el judaísmo es profundo. En una entrevista contó cómo surgió ese acercamiento, que fue a través de un alumno suyo de Economía. “Era un chico judío, y cuando venía a clases me hacía preguntas que eran muy impresionantes, que a mí me dejaban pensando”, señaló.

“Eso me abrió al interés y después tuve la dicha de irme vinculando con más gente de la comunidad y empecé a profundizar y ahora tengo la dicha de ser amigo de un rabino, que es el rabino del templo de la calle Borges (Templo ACILBA), que es una persona que quiero muchísimo, que le consulto regularmente. Son discusiones que de repente pueden demandar dos o tres horas y que para mí son muy gratificantes y me ayudan a crecer mucho y a entender las situaciones de una manera mucho más profunda”, explicó. No es raro que Milei recite en sus discursos pasajes de la Torá y ha dicho que desea convertirse al judaísmo.

La gira del presidente sigue el jueves con una reunión con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn, y luego con una disertación en la Florida International University ante estudiantes y académicos.

Pero el plato fuerte será el viernes, cuando viaje a Austin, Texas a reunirse con el CEO de Tesla, Elon Musk.

El magnate, la segunda persona más rica del mundo, lo invitó a recorrer su inmensa planta industrial de 1.000 hectáreas llamada GigaTexas. Musk y Milei han tenido varios gestos de simpatía en los últimos meses. El sudafricano llamó por teléfono al presidente para felicitarlo cuando ganó las elecciones y le dijo que quería visitar e invertir en la Argentina.

Luego volverá a Miami para el sábado viajar a Dinamarca, donde se reunirá con la primera ministra Mette Frederiksen y luego participará de una ceremonia para firmar la adquisición de los 24 F-16 para la Fuerza Aérea. Luego se calzará un traje especial y hará un vuelo junto a un instructor como copiloto uno de los cazas.

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