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1 noviembre, 2024

Alerta por una invasión de ratas en un pueblo de Santa Fe: las combaten «caseramente» y tuvieron que suspender las clases

Las fuertes lluvias que cayeron en las últimas semanas en el norte de Santa Fe dejaron no solo inundaciones, sino que también desencadenaron una invasión que no estaba en los planes de nadie: ratas. Muchas, miles, por todos lados en un pequeño pueblo santafesino, que hasta obligaron a que se cerraran las escuelas y se suspendan las clases.

Los vecinos de Los Amores, la localidad afectada, cuentan que están desesperados. Que los roedores están por todos lados y que invadieron las calles del lugar. Que rompen las puertas de las casas y los comercios, que hacen huecos y que entran. Y que además dejan orina y heces en cada rincón, lo que desprende un olor nauseabundo.

Es tal el desastre que ocasionaron que las autoridades decidieron suspender las clases hasta que se solucione el problema. El combate era casero, casi cuerpo a cuerpo. Y desparejo. Al final, las autoridades comunales tuvieron que salir a pedir ayuda. Este viernes llegaron autoridades provinciales del Programa de Zoonosis y Vectores para realizar un diagnóstico y comenzar con la colocación de cebos para evitar que las ratas se sigan expandiendo.

Omar Walker, jefe comunal de la pequeña localidad (ubicada 70 kilómetros al norte de Reconquista y a 400 kilómetros de la capital provincial), sostuvo que la invasión se dio a raíz de la última inundación que, de hecho, todavía mantiene algunos campos bajo agua.

Eso inundó las madrigueras y obligó a las ratas a buscar lugares secos. En Los Amores encontraron el lugar perfecto para sus nuevos nidos.

Las ratas invadieron toda la localidad y los vecinos no saben cómo combatirla.Las ratas invadieron toda la localidad y los vecinos no saben cómo combatirla.Walker explicó que los vecinos combaten como pueden a los roedores con los venenos que se venden comercialmente y que desde la comuna repartieron cloro para limpieza y desinfección. El número que mencionan es alarmante: aparecen entre 30 y 40 roedores muertos por día en un pueblo de 134 años, 1.800 habitantes y hasta tres intentos de remate.

Los Amores, el pueblo que vuelve a estar en alerta

La invasión de ratas vuelve a poner en alerta a Los Amores, un pueblo de 12 cuadras de largo por 3 de ancho, a la vera de la ruta 3 y con una historia vinculada al ferrocarril. Con la omnipresencia de roedores, el peligro es que se reporten casos de leptospirosis, por lo que se extremaron las medidas de precaución.

Si bien hasta el momento no se registraron casos, el Nodo de Salud Reconquista enviaron medicación en caso de que la enfermedad se presente.

Por su parte la directora provincial de Promoción y Prevención de la Salud, Analía Chumpitaz, envió algunas recomendaciones para la población: «Es importante la utilización de guantes o de bolsas cuando vamos a estar en contacto con materia fecal o con un roedor muerto».

«Esto es importante también referirlo, desmalezar los espacios que podamos desmalezar y tratar de no dejarles lugares en donde puedan refugiarse. Por eso, el patio ordenado es fundamental, no dejar lugares en donde puedan armar sus madrigueras y, de esa manera, quedarse a vivir dentro de nuestros propios hábitats, o sea, de nuestras viviendas. Y lo importante también es no dejarles el acceso a comida», dijo la especialista, en diálogo con el sitio El Litoral.

Los Amores, el pueblo de Santa Fe que estuvo cerca del remate. Ahora afronta una invasión de ratas. Foto José Almeida, archivoLos Amores, el pueblo de Santa Fe que estuvo cerca del remate. Ahora afronta una invasión de ratas. Foto José Almeida, archivoLos Amores fue fundado en 1890. Era un reducto de la compañía inglesa «La Forestal», dedicada a la explotación del quebracho en el noreste argentino. Su historia estuvo cerca de verse interrumpida en 2004, con los coletazos de la crisis de 2001. Incluso se colgó el cartel de «remate», pero el pueblo logró esquivar el martillo.

Su historia la contó Clarín hace 20 años, cuando peligraba el futuro del pueblo. Las tierras se las entregó La Forestal a sus contratistas. Las de Los Amores quedaron en manos de Román Rojas, con la supuesta promesa de -ante un eventual interés de desprenderse de los terrenos- darles prioridad a los habitantes de la localidad. En 1987, sin embargo, vendió las tierras a Carlos Federico Sosa, con una escritura que no dejó constancia de que encima de esos campos había gente viviendo.

Sosa puso las tierras como aval de negocios y, con el vendaval de 2001, sus acreedores quisieron cobrarse las deudas con esos campos. También la AFIP andaba husmeando, debido a una fuerte deuda de Sosa.

Los problemas ya venían de hacía tiempo. Ese fue el tercer intento de remate. Fue también una nueva promesa a los habitantes para que escrituraran sus viviendas, que se concretó lenta y parcialmente. Por entonces el jefe comunal era el mismo que ahora afronta la invasión de ratas: Omar Walker.

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