Era una prueba de carácter para Lanús. No tanto por el rival, porque a Deportivo Garcilaso le había ganado en La Fortaleza, pero sí por el lugar y por lo que significaba imponerse en la altura de Cusco. Y los dirigidos por Ricardo Zielinski cumplieron la tarea: un triunfo justificado por 2 a 0 les permite quedar líderes del grupo G, ser el mejor equipo argentino de la Copa Sudamericana y apuntar directamente a los octavos de final, sin necesidad de pasar por el repechaje con un tercero de la Libertadores.
Lo resolvió con una fórmula conocida el ‘Granate’. En el primer tiempo, Marcelino Moreno metió una asistencia tres dedos que él solo pudo inventar y Walter Bou definió soberbio ante el achique del arquero Diego Penny. Iban apenas 7 minutos y la historia empezaba de la mejor manera en Cusco.
No le parecieron afectar los casi 3.400 metros de altura de la ciudad incaica, porque Lanús se plantó inteligente, aglomerado y apostando por aprovechar los espacios que podría llegar a dejar Garcilaso, que si ganaba lo alcanzaba en la tabla de posiciones.
Sufrió pero tuvo en su arquero Aguerre un baluarte para que corra el tiempo sin complicarle la historia al ‘Granate’. Otro golpe en el arranque del segundo tiempo fue de gracia: intercambiaron roles ahora respecto del primer tanto, porque el que asistió de taco fue Bou y el que definió a puro enganche fue el ’10’.
Ya no importó que Cuiabá haya goleado en Brasil a Metropolitanos (3-0). Lanús jugará los últimos dos encuentros en casa y frente a esos rivales, con la seguridad de que depende de sí mismo para avanzar y seguir siendo el mejor argentino en la Sudamericana.
