Tensión peruca
La semana pasada fue movida para Axel Kicillof. El gobernador bonaerense enhebró reuniones con gobernadores opositores y conversó con los Kirchner, en un raid que forma parte de su nuevo status de construcción de perfil propio. Pero esta etapa novedosa como dirigente político (despojado de su histórico discurso teñido a pleno por la economía) no es sencilla: las fotos con el santafesino Maximiliano Pullaro y con el chubutense Nacho Torres fueron una muestra de independencia para el bonaerense pero generaron mucho ruido en el universo kirchnerista. Kicillof mantuvo una larga charla con Cristina Elisabet Kirchner en el Instituto Patria, algo que no sucedía hace un largo tiempo. La relación entre ellos no es la de antes: el vínculo es respetuoso pero tenso. La ex Presidenta aparentaba ser árbitro en la disputa del gobernador y el diputado Máximo Kirchner pero en sus últimos movimientos y apariciones, confirmó que tomó partido por su hijo. Y por La Cámpora. Cristina dejó claro que fotos como la de Kicillof con el radical Pullaro y el macrista Torres son osadías que el cristinismo no tolera: el bonaerense le donó patrulleros a Santa Fe -en medio del conflicto con los narcotraficantes en esa provincia- y ambulancias a Chubut, a poco de la pelea por las transferencias de fondos que retacea el gobierno nacional. Instantáneas incómodas..
Axel Kicillof entregó patrulleros a Maximiliano Pullaro, de Santa Fe
De pibe a pibe
La conversación entre Axel y Máximo sucedió antes del acto del sábado último, un plenario en Florencio Varela que impulsó Andrés «Cuervo» Larroque y donde el gobernador volvió a mostrarse con tono electoral. Vía telefónica, Kicillof lo invitó a Kirchner pero el jefe de La Cámpora declinó -cordialmente- su participación. «Me parece muy bien que hagas ese acto. No vamos a ir nosotros: pero juntémonos después de eso a charlar», le propuso el jefe camporista. La conversación aún no sucedió y algunos apuestan que no sucederá. Los más dialoguistas de cada lado proponen que vayan los dos herederos del proyecto K acompañados con sus representantes más fieles. Otros, los más prudentes, sugieren que sea a solas. Nadie sabe qué podría ser mejor para que la eventual cita no salga mal. Kicillof tiene en su lista de fieles a Carlos Bianco (su jefe de Gabinete) y luego lo siguen el intendente Jorge Ferraresi y sus ministros Gabriel Katopodis y Andrés Larroque. Algunos consideran que no sería lo más recomendable que el «Cuervo» asista a un café con sus ex compañeros camporistas pues fue el ministro social de Kicillof quien habló de los «tres ñatos que te conducen por WhatsApp», en clara referencia al triunvirato que escolta a Máximo K. en La Cámpora y que conforman Facundo Tignanelli, Emmanuel Pérez Santalla y Martín Rodríguez. De todos modos, esa conversación estará teñida por la orden que dio Máximo a sus dirigentes de que no asistieran al plenario kicillofista de Varela: las ausencias de los ministros bonaerenses Nicolás Kreplak, Daniel Vilar y Juan Martín Mena cayeron mal. En cambio, fue vivido en La Plata como un logro que intendentes como Mariel Fernández, «Gato» Granados, Federico Achaval y Mariano Cascallares -y hasta Pablo Moyano- se hicieran presentes a pesar de las presiones del Patria. Segundos afuera…
Plenario de la militancia en Florencio Varela que encabezó Axel Kicillof y que armó Andrés Larroque
Provincia pelada
Con todo este escenario de tensión intra-kirchnerista, las fuerzas del cielo (perdón, de Javier Milei) ya se apresuran a pensar en un desembarco victorioso en la provincia de Buenos Aires. En una movida tal vez un poco prematura, las conversaciones del Presidente con José Luis Espert (el elegido por Javier y Karina Milei para esa disputa) apuntan a próximas visitas del León a territorio bonaerense. Esto sucede, es verdad, en el momento más complejo del peronismo en años, sumando en los últimos días la investigación en San Martín por contratos poco claros y el procesamiento del intendente de La Matanza. Pero un dato debería alertar a las optimistas usinas libertarias: se trata del comportamiento amigable de legisladores mileístas de diversos distritos bonaerenses dando quórum en los concejos deliberantes para el aumento en las tasas municipales de los combustibles. Avellaneda, Quilmes, Luján, Moreno, Lomas de Zamora, Berazategui, San Vicente y Lanús son lugares donde estos se cobran y donde los ediles de LLA no se inquietan ante estos aumentos de impuestos. Los conocedores del territorio conurbano atribuyen esta voluntad cordial de los libertarios a que son concejales con pasado peronista: «Están todos sueltos, eran representantes marginales del peronismo que poblaron las listas libertarias. Ya se están dividiendo en bloques unipersonales, son una romería», explica un intendente en una mirada benévola sobre estos nóveles ediles. ¿Tiembla la casta?
José Espert ingresa al hotel Alvear donde hablara el presidente Javier Milei. Foto Maxi Failla
Mano y contramano
Otros que quieren caminar (políticamente) la la provincia de Buenos Aires son los peronistas enrolados en «Hacemos Coalición Federal», el bloque que tiene como referente nacional a Miguel Ángel Pichetto. Pero los que se muestran movedizos en la provincia mayor son Emilio Monzó y Aníbal Florencio Randazzo, diputados con vasto recorrido político bonaerense. Los viejos amigos tiene inquietudes pero chocan con una dificultad importante: apuestan a una «avenida del medio» de la moderación y, como dice un par de ellos que los quiere bien, «es una cancha que no tiene actores y no tiene tribunas». Con la idea de sumar voluntades para un futuro, Monzó y Randazzo recorrerán territorios donde el radicalismo tiene ascendencia pero -a la vez- un lío de proporciones: los seguidores de Leandro N. Alem (¡qué vintage!) observan las acciones de referentes como Maximiliano Abad, Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti y a los intendentes del interior bonaerense, ejes del poder partidario hoy, pero se confunden con actitudes como las que realizan sus legisladores en la Cámara de Diputados que apuran un debate sobre las universidades más cerca de defender intereses históricos de los boinas blancas más que pensar en un resurgimiento político. Pero no tan adelante que se enoja el General…
Congreso Nacional: Monzó, Pichetto y Randazzo en seesión Cámara de Diputados por Ley Bases. Foto Luciano Thieberger