Tras una jornada cargada de intensos rumores, el ministerio de Capital Humano confirmó que Sandra Pettovello despidió a Pablo De la Torre, secretario de Niñez y Familia. El ahora saliente funcionario está siendo investigado por la Oficina Anticorrupción en un expediente por supuesto «mal desempeño» tras haberse detectado contratos truchos de empleados pero también fue blanco de una auditoría interna por el escándalo con los alimentos almacenados en los galpones de la cartera.
La confirmación de una nueva cesantía de un secretario de Estado, que llegó este jueves por la tarde de parte de fuentes ligadas a «la amiga» de Javier Milei, sucedió en medio de un reguero de versiones similar al registrado días antes del despido del jefe de gabinete, Nicolás Posse.
En el entorno del saliente funcionario se mostraron sorprendidos por las versiones y que no tenían ninguna comunicación interna. Al anochecer, el propio De la Torre, desde su cuenta de X, expresó que «fue un honor ser parte del Gobierno Nacional durante estos meses. Seguiré trabajando por nuestra Patria desde el lugar que me toque».
Es que la filtración de la remoción de De la Torre había sido reconocida antes informalmente a Clarín por una calificada fuente oficial que, además, indicó que la OA tomó parte en el asunto para deslindar eventuales responsabilidades por la supuesta confección de contratos truchos con la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos). Al parecer, esos cargos se utilizaban «para hacer caja» y los montos de los mismos oscilaban entre los $600 mil y el $1.400.000.
El funcionario tenía bajo su cargo el reparto de alimentos y el vínculo con las organizaciones sociales. Pero mantenía diferencias con la ministra sobre las acciones a realizar para poder cumplimentar la tarea social. Como sea, De la Torre no era un librepensador ni tampoco actuaba sin el visto bueno de Pettovello, quien maneja de forma férrea un superministerio que tiene bajo su mando también áreas sensibles como Educación, Trabajo o la Anses.
En este contexto, Capital Humano emitió un comunicado este jueves en el que informó que a «raíz de una información recibida sobre el estado y fechas de vencimiento de determinados productos adquiridos por el gobierno anterior (los cuales se encuentran en los galpones de Villa Martelli y de Tafi Viejo en la provincia de Tucumán del ex Ministerio de Desarrollo Social), ha llevado a cabo una auditoría y ha decidido limitar las competencias de los funcionarios y empleados responsables que, por mal desempeño de sus tareas, no han realizado un control permanente de stock y de vencimiento de mercadería».
Además, señala que «se realizarán las investigaciones administrativas correspondientes, asimismo, se pone en marcha un protocolo para la entrega inmediata de los alimentos de próximo vencimiento por medio del Ejército Argentino para garantizar una logística rápida y eficiente».
Con esta argumentación, en los hechos, el oficialismo parece dar razón a las quejas de Juan Grabois que advertía sobre la inminente caducidad de la comida almacenada en los establecimientos públicos. Se trata de uno de los cruces que mantuvo el ex candidato presidencial con los funcionarios libertarios por la retención de comida que anteriormente era enviada a las organizaciones sociales para su ulterior distribución a los comedores barriales. Esa controversia provocó una causa judicial que sustancia el juez Sebastián Casanello.
La nueva remoción en Capital Humano, que ya lleva una veintena de cesantías desde el 10 de diciembre, generó un clima enrarecido puertas adentro del ministerio. Es que muchos ven la salida del hermano de Joaquín De la Torre como el «fusible» necesario para que la propia Pettovello lograra mitigar el impacto político del escándalo por la falta de entrega de comida a los sectores vulnerables. Al cierre de esta edición, le adosaban al exfuncionario la responsabilidad por no haber constatado la fecha del vencimiento de la mercadería.
También pululaban algunas versiones insidiosas que daban cuenta que el compañero de Pettovello en la Universidad Austral ya tenía reemplazante: se trataría de Leila Gianni, la directora de asuntos legales de Capital Humano con pasado en el massismo.
Las bajas en el superministerio han sido una constante en los casi seis meses de gestión libertaria. En Niñez y Familia -que absorbió la mayor parte de las atribuciones de Desarrollo Social-, se fueron el subsecretario Administrativo Agustín Sánchez Sorondo y el subsecretario de Economía Social, Rodrigo Aybar. También abandonó su cargo Gerardo Marcelo Hita, director del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, entre otros.
