El viernes, cuando el día empiece a despuntar, la Luna se teñirá de rojo. No es el fin del mundo, ni un presagio maligno, ni una señal para los hinchas de Independiente sobre una futura hazaña futbolística. Es un eclipse total de Luna, el mayor evento astronómico de 2025 en la Argentina. Desde la Antártida hasta Jujuy, desde Mendoza hasta Misiones, todo el país podrá elevar la mirada y contemplar, sobre la cara de la luna llena, cómo se proyectan todos los atardeceres y amaneceres del planeta. A preparar los pochoclos, esperar la noche y mirar para el cielo, que el universo proyectará su mejor película.
¿Cuál es el mejor lugar para observarlo? Todo el país tiene platea principal, mientras el firmamento se presente descubierto. Con tener un poco de suerte, es suficiente. Luego, desde cualquier cielo despejado no se requiere instrumental, ni lentes especiales, ni telescopio, de hecho ni conocimiento específico alguno, solo mirar la Luna en el momento indicado.
¿Cuándo es el momento indicado? Habrá varios. Primero hay que esperar a que termine el jueves. Ya en la madrugada del viernes, a las 2.09, la Luna se ubicará hacia el norte, levemente corrida al oeste y a mitad de altura entre el horizonte y el cenit (el punto imaginario que se ubica arriba de nuestras cabezas). En ese momento se empezará a oscurecer. Será muy progresivo: poco a poco, un halo gris, cada vez más oscuro, irá cubriendo su brillante cara llena. A medida que avanza la madrugada, la Luna cruzará el cielo hacia la izquierda y descenderá lentamente. Hasta que a las 3.26 ya estará toda su superficie cubierta y empezará a teñirse de rojo. Irá creciendo en color y tonalidad hasta llegar al momento máximo a las 3.58, cuando se bañará de “rojo sangre”. Se mantendrá así hasta las 4.32 y luego volverá a la etapa oscura y grisácea hacia las 5.48, ya anticipando el amanecer.
¿Por qué sucede? Se deben alinear el Sol, la Tierra y la Luna, en ese orden, con nuestro planeta en el medio. Entonces es que el rojo surge de todos los amaneceres y atardeceres del planeta proyectados en la superficie de la Luna. Es decir, por la dispersión de los rayos de Sol en la atmósfera terrestre, que es lo mismo pero menos poético.
¿Cuándo se repite? Desde la Argentina, el próximo eclipse total de Luna será el 26 de junio de 2029 y luego el 7 de agosto de 2036. Así de exacta es la astronomía. Para los fanáticos de esta alineación cósmica, la forma de acortar los tiempos es viajar y presenciar el próximo evento de este tipo el 7 de septiembre de este año, pero en Asia. Por eso el de la madrugada del viernes es prudente aprovecharlo, nadie puede garantizar que el 26 de junio de 2029 no llueva o que el 7 de agosto de 2036 estemos vivos.
¿Dónde se puede compartir? En la ciudad de Buenos Aires, el Planetario Galileo Galilei tendrá desde la medianoche del jueves y durante toda la madrugada del viernes múltiples actividades libres y gratuitas para contemplar y compartir el eclipse con charlas de expertos, música en vivo, telescopios y la mejor puesta en escena astronómica que solo el equipo del Planetario sabe hacer.
A lo largo de la historia, varios eclipses totales de Luna marcaron a la humanidad. En la noche del 22 al 23 de mayo de 1453, poco antes de la conquista de Constantinopla por los otomanos, uno de estos fenómenos celestes asombró a todos y los defensores cristianos lo interpretaron como un mal presagio, según dicen, afectando su desempeño (sí, perdieron).
Durante su cuarto viaje, Cristóbal Colón y su tripulación quedaron varados en Jamaica, los nativos dejaron de darles provisiones y el navegante, valiéndose de sus conocimientos astronómicos, predijo el eclipse lunar del 29 de febrero de 1504 para asustarlos. Parece que funcionó, porque al día siguiente los indígenas volvieron con alimentos.
El 29 de noviembre de 1644, un eclipse total de luna ocurrió en medio de la Guerra Civil Inglesa. Muchas personas, tanto del bando realista como del parlamentario, lo vieron como una señal del destino incierto de Inglaterra. Parece que tuvieron razón, porque al otro día nadie sabía quién ganaría la guerra.
La Primera Guerra Mundial, por entonces la Gran Guerra, llevaba varios años encarnizados cuando el 4 de diciembre de 1917 ocurrió un eclipse total de Luna. En varias partes del mundo, fue interpretado como una premonición del desenlace del conflicto. Parece que acertaron porque el 11 de noviembre de 1918 terminaría la guerra. Solo era cuestión de tiempo.
Los eclipses totales de Luna, a diferencia de los de Sol que son más puntuales, se pueden ver desde una amplia superficie de la Tierra. El impresionante fenómeno de la Luna pasando de blanca a negra y de negra a roja, sin duda generó infinidad de suposiciones a lo largo de toda la historia de la humanidad.
Hoy la astronomía nos predice que el 10 de octubre de 2098 será el último eclipse de este siglo. Ya sabemos cómo funcionan, pero no sabemos si nosotros estaremos para observarlos. ¿Qué mejor que aprovechar este que sucede pasada la medianoche del jueves? Solo hay que pedirle alguna hora al sueño y salir a contemplar la Luna, luego cada cual escribirá su propia historia.
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