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3 febrero, 2025

Solo en off: la inusual custodia que dispuso Karina Milei para evitar que Santiago Caputo se cruce con la prensa

Las primeras horas del martes pasado marcaron un cambio en la dinámica de la Casa Rosada y no fue por la salida de Eduardo Serenellini, un exsecretario de Prensa que jamás tuvo injerencia y que siempre tuvo una agenda muy particular, alejada de las cuestiones más calientes de la gestión. Ese día se dispuso una inusual custodia en el pasillo donde los periodistas habitualmente suelen interrumpir el paso del asesor presidencial Santiago Caputo para tratar de obtener información del Gobierno.

En el primer piso del edificio, en el pasillo previo al área donde se encuentra la oficina del asesor presidencial, se dispuso un despliegue de miembros de la Casa Militar, que impiden que alguien se quede parado o se siente en el lugar.

La situación no pasó desparecibida: es el sitio en el que la prensa acreditada suele esperar a Caputo y hacer guardia para conocer quiénes lo visitan, obterner información sobre la gestión o la agenda de Javier Milei.

El asesor, si bien no tiene un cargo formal en la estructura de gobierno, integra el “triángulo de hierro” junto con el Presidente y su hermana Karina.

La explicación que se dio en la Casa Rosada es que la orden bajó del área de Presidencia, a cargo de Karina Milei. No se argumentaron los motivos. Solo que por ahí se puede pasar, pero no detenerse. Allí, a veces, la prensa acreditada suele pasar varias horas a la espera de algún diálogo con Caputo o alguna de sus visitas. Hasta se llegó a montar una suerte de redacción remota.

La duda que quedó flotando en los pasillos de la Casa Rosada es si la decisión fue solo para evitar la presencia de prensa y su posible contacto con Caputo o si bien es la punta del iceberg de un problema mayor entre la hermana del Presidente y Caputo.

La decisión de Karina Milei, además, se dio en una semana particular: la salida de Serenellini, quien no contaba con su visto bueno; la expulsión del partido del legislador porteño Ramiro Marra, otro de sus apuntados, y la decisión de excluir de la primera reunión de gabinete del año a los dos laderos de Guillermo Francos, José Rolandi y Lisandro Catalán, a quienes señalaron en la Casa Rosada por presuntas filtraciones de información.

Cristian Ritondo sorprendió a todos a fin de año, justo cuando una investigación periodística reveló que su esposa, Romina Aldana Diago, aparece relacionada con sociedades dueñas de inmuebles en Miami. En diciembre, Diago recibió a unas amigas en su casa de Villa Devoto. Una de sus visitas divisó que en una pared de donde antes colgaba una obra de arte había ahora un diploma de Ritondo por haberse recibido de abogado. El jefe del bloque de Pro en la Cámara de Diputados podría ahora hacerse llamar “doctor” y hasta podría encabezar su propia defensa judicial en el caso. “Cuando me requiera [la Justicia] ahí estaré, y presentaré todo lo que tenga que presentar. Estoy muy tranquilo, tengo todo en orden, tengo todo en regla, tanto mi patrimonio personal como el patrimonio de mi empresa”, dijo Ritondo hace una semana, cuando retomó la actividad legislativa.

La denuncia fue realizada por el abogado de Luján Jeremías Rodríguez y quedó en manos del juzgado federal de Sebastián Ramos, con la intervención del fiscal Eduardo Taiano. La presentación se hizo sobre la base de la investigación que realizó el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística sobre las inversiones de la esposa del diputado.

Cristian Ritondo, jefe de la bancada de ProHernán Zenteno – LA NACION

Carpeta en mano, el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, ingresó al Congreso el martes pasado con una misión: convencer a los referentes de los bloques dialoguistas de las virtudes del proyecto de ley de compensación del índice de actualización de quebrantos impulsado por el Poder Ejecutivo.

El día anterior, el Pro había definido que era la única propuesta del temario de extraordinarias que no acompañaría: la mesa técnica del partido consideró que el proyecto podría redundar en un perjuicio para muchas empresas, entre otras cosas por no reconocer la inflación acumulada antes del 2025, por la posibilidad de generar un “efecto confiscatorio” y complejizar los juicios en curso. Rolandi era el encargado de buscar los avales en otros territorios.

José Rolandi, vicejefe de gabinete, al salir del Congreso, la semana pasadaSantiago Filipuzzi

La tarea del vicejefe de Gabinete no era cosa fácil. Tenía que colar la explicación de este proyecto, que conmovía solo a unos pocos, en una acalorada discusión sobre si sostener o derogar las primarias y en medio de la acusación de los dialoguistas a los libertarios de querer postergar otra vez el debate del proyecto de “ficha limpia”.

Fueron varios los intentos del funcionario nacional por introducir el tema. Ninguno tuvo éxito. El último empeño fue sellado por Miguel Pichetto, jefe de bloque de Encuentro Federal, quien lo cortó en seco: “Rolandi, eso debería ser discutido con el presupuesto, que ustedes se niegan a debatir”.

Sin palabras, al vicejefe de Gabinete no le quedó más remedio que resignar el objetivo por el que había asistido a la cumbre y, tal como llegó, volvió a la Casa Rosada con su carpeta bajo el brazo.

Se sabe desde hace rato que Diego Santilli está en buena sintonía con el gobierno de Javier Milei, tanto que muchos le auguran un futuro próximo en La Libertad Avanza. Por eso, no sorprendió tanto ver al “Colo” ingresando, el miércoles, en el despacho de Eduardo “Lule” Menem, operador y mano derecha de Karina Milei. Menos locuaz que lo habitual, Santilli evitó contar a quienes se lo cruzaron por el primer piso de la Casa Rosada el contenido de lo conversado, a pocos días del tratamiento de leyes clave como la suspensión (o eliminación) de las Paso, o la ley de Ficha Limpia. Más allá de la discreción sobre el temario, sí trascendió que Santilli se llevó una inesperada negativa de su paso por Balcarce 50: diplomático, Menem rechazó con una sonrisa una amable invitación de Santilli, reconocido hincha de River Plate, para ver esa misma noche juntos el match del local contra Instituto de Córdoba, en el estadio Monumental. Sin ofenderse, pero sin invitar a nadie allí, Santilli caminó unas cuadras hasta la sede de Pro, dónde Mauricio Macri encabezaba una reunión de la mesa ejecutiva partidaria.

Habrá un cambio de colores. El tradicional uniforme bordó de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires está viendo sus últimos días. El jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, lo reconoció ante colaboradores. En su opinión, el bordó no es un color adecuado para una fuerza policial que asumió cada vez más funciones en los últimos años. La directiva ya se puso en marcha. Los uniformes de los efectivos de la Ciudad se encaminan a cambiar por otros completamente negros. Todavía no se anunció, pero la transformación es inevitable. Será en cuestión de días.

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