El jueves el Banco Central vendió 599 millones de dólares más de los que compró dentro del Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), la ventanilla a través de la cual la autoridad financiera concreta su intervención en el mercado cambiario oficial.
Esa saldo de casi US$ 600 millones en un día fue la venta diaria más grande de lo que va del gobierno de Milei y también la más alta en los últimos cinco años.
Ocurrió dos días hábiles después de haber sido eliminado el impuesto PAIS, que gravaba con un 7,5% las importaciones de bienes y también los fletes desde el exterior. El lunes, durante el primer día posterior a la quita de ese impuesto, el Central ya había tenido ventas netas por 179 millones de dólares. El jueves, segundo día hábil tras los feriados del martes y miércoles, las ventas netas pasaron a US$ 599 millones.
El viernes el Banco Central también finalizó con un saldo negativo en su cuenta cambiaria, pero por un monto muy inferior, de US$ 25 millones. Pero para entonces una bomba informativa había explotado dentro de las terminales automotrices: desde el propio BCRA, fuentes de la entidad habían dicho que la “mega venta” del jueves “fue para para abastecer la demanda del sector automotriz”, una vez finalizada la vigencia del impuesto PAIS, tal como consignó Clarín ese día.
Las automotrices están entre los principales importadores de la Argentina, tanto de bienes intermedios (autopartes) como de bienes terminados (vehículos).
Su principal importación, hoy, son las autopartes: cada uno de los 510.000 vehículos que van a terminar produciendo este año, llevan entre 50% y 80% de piezas importadas.
La importación de vehículos es la otra pata del negocio de las automotrices. Sobre una importación total que este año rondará las 180.000 unidades, más de 90% las importan las propias terminales desde sus filiales en Brasil y otros países.
Con ese volumen de importaciones, sonaba hasta lógico que muchas de las 12 terminales agrupadas en la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA) postergaran pagos de importaciones hasta la finalización del impuesto PAIS. Hasta ahí, la explicación que dieron las fuentes del Banco Central sobre la “mega venta” del jueves calzaba a la perfección con el negocio y las necesidades de las automotrices.
Sin embargo desde Toyota, la más importante de estas empresas por su volumen de producción (170.000 pick ups por año, equivalente a 33% de toda la producción automotriz local), señalaron que su participación en la demanda de dólares a precio oficial no pasó de 25 millones de dólares durante ese jueves.
“Las operaciones de comercio exterior realizadas (el jueves) por Toyota no respondieron a una operación financiera.Se trató de operaciones ordinarias de cobros de exportaciones y pagos de importaciones”, dijo Ezequiel Vallejos, director de Asuntos Corporativos de la empresa, a través de un comunicado.
Agregó: “La operación de Toyota en cuanto al mercado cambiario es superavitaria y en el día a día puede presentar fluctuaciones positivas y negativas, pero generalmente está calzada, con compras y ventas equivalentes. Ayer (por el jueves) la necesidad de pago de importaciones de Toyota tuvo un descalce de US$ 25 millones, que pudo haber tenido un efecto muy minoritario sobre el resultado del día del BCRA”.
Por fuera del comunicado, fuentes de Toyota y también de otras automotrices consultadas por Clarín descartaron que la demanda de dólares del jueves haya sido para atender nuevas importaciones de vehículos, por el simple hecho de que la normativa del BCRA todavía no lo permite.
“La autorización del BCRA para comprar dólares se realiza recién un mes después de haber sido ingresados por Aduana los vehículos y piezas importados. De modo que las divisas que se vendieron en estos días fueron para pagar vehículos y piezas que ya habían sido “nacionalizados” al menos un mes antes”, agregó un directivo de otra terminal.
Desde una importadora “independiente” (sin fábrica en el país) aportaron otro dato no menor: no todas las importaciones de vehículos se hacen con dólares del Banco Central.
“Nosotros operamos con dólar “contado con liqui”, que es legal pero hoy está un 15% más caro que el dólar oficial. Pero si bien es más caro, nos permite no depender de los plazos del Banco Central: nosotros le pagamos el vehículo a la automotriz antes incluso de que lo fabriquen”, dijo el titular de una de las marcas asiáticas más vendidas en el país.
Entre los importadores sin fábrica en el país, la modalidad de acudir a la ventanilla del Banco Central es poco o nada utilizada. Viene de la época en que Sergio Massa era ministro de Economía y no les salían las autorizaciones para comprar dólares, y en cambio les habilitaron la posibilidad de importar con dólares en efectivo o bien con yuanes a través del “swap” con China.
Aquella modalidad quedó atrás con el nuevo gobierno, pero continúa vigente la ventana de tiempo entre el momento de cobrar por una venta y la autorización del BCRA para girar los dólares al exterior. Se achicó considerablemente: era de 120 días a comienzos de año y hoy es de 30 días. Pero los importadores que no tienen una filial en Brasil o en otra parte del planeta que les haga de banco financiador, prefieren utilizar el mecanismo del CCL (compra de bonos en dólares y posterior venta de esos bonos en el exterior). Mecanismo que, en no pocos casos, es incorporado al precio de la unidad.
Vallejos, de Toyota, no descartó el efecto “final del impuesto PAIS” entre las causas de la fuerte venta de dólares de esta semana. Pero aseguró que fueron varios los jugadores que intervinieron para generar esa importante demanda de divisas.
“En diciembre sí hubo más concentración de nuestras operaciones, motivada por los feriados de fin de año y el impacto del Impuesto PAIS”, dijo el directivo. “Pero este comportamiento entendemos es lo normal del mercado, y así operaron distintas empresas“.