Cuando parecía que la enemistad entre Yanina Latorre y Romina Uhrig había quedado atrás, todo volvió a encenderse con más fuerza. La exdiputada y exparticipante de Gran Hermano la acusó de “mala periodista” y de “no chequear información”, pero la conductora de SQP no se quedó callada y le respondió con munición pesada.
Yanina recogió el guante en vivo y lanzó: “Mentirosa no me dice nadie y menos una chorra, una tipa que está procesada, tuviste un cargo de ñoqui, estuviste casada con un intendente flojo de papeles”. De esta manera, apuntó directamente contra el pasado político y judicial de Uhrig, recordando las causas por presunto lavado de dinero.
Latorre fue más allá y sacó a relucir la polémica entrada de Romina al reality más famoso: “Entraste a Gran Hermano diciendo que sufrías violencia económica, que eras manicura, que eras pobre y que querías una casa, y resulta que tenías una mansión… A mí no, Romina Uhrig. Yo me divierto, pero acá hay una honestidad. Yo no tengo que ir a la fuente, porque las fuentes como vos mienten”.
En ese tono, Yanina defendió su rol periodístico de Romina, que traicionó a Daniela Celis y remarcó que hay pruebas suficientes que avalan lo que dice. “En LAM, que el tema lo hizo Ángel, pero vos estás obsesionada conmigo, mostramos las causas, las denuncias, las imputaciones” lanzó.
Y siguió fiel a su estilo y muy furiosa: “De enriquecimiento ilícito había pruebas de la Justicia, no es mentira. No te imputan por nada. Fuiste ñoqui. Cobrabas un sueldo de diputada y dijiste que te ocupabas de los comedores, ¿y me decís mentirosa a mí?”.
El cruce volvió a instalarse con fuerza en redes sociales, donde los bandos se marcaron rápidamente: de un lado, los defensores de Yanina, que celebraron su dureza; del otro, quienes bancan a Romina Uhrig y cuestionan los ataques.
Lo cierto es que, con dos protagonistas que no suelen callarse nada, esta guerra mediática está lejos de terminar. Cada declaración parece encender más la polémica y todo indica que tanto Yanina Latorre como Romina Uhrig seguirán devolviéndose dardos sin filtro.