“Que le hagan los cambios que sean necesarios, pero que voten el proyecto y se defina en (la Cámara de) Diputados”. En la Casa Rosada no quieren sorpresas y buscan acotar el poder de daño de Cristina Kirchner en el marco del debate en el Senado. Por eso, en la previa a la segunda jornada de debate en el plenario de comisiones, un estrecho colaborador del presidente Javier Milei bajó esa orden al bloque de La Libertad Avanza, que tiene como destinatarios finales a los jefes de las bancadas dialoguistas, donde se escucharon discrepancias sobre distintos puntos de la Ley Bases y la reforma fiscal pese a que se mantiene la postura de acompañar en general las iniciativas.
En el Gobierno sostienen que no se trata de una marcha atrás y desdramatizan la idea de que la ley, si efectivamente es modificada, deba volver a la Cámara baja, porque entienden que en caso de que haya cambios que afecten la esencia del proyecto, podrá hacer valer el número que obtuvo en la media sanción e insistir con el texto original.
“No es el espíritu de los senadores ni de los gobernadores cambiar cualquier cosa. Esperaremos sus propuestas y confiamos en que serán superadoras”, explicó un alto funcionario al tanto de las conversaciones.
El paso por el Senado del ministro del Interior, Guillermo Francos, y del vicejefe de Gabinete, José Rolandi, este martes descomprimió tensiones. De ambos lados. Por eso desde el Gobierno tomaron la iniciativa de aclarar que estaban abiertos a cambios.
Los puntos clave en discusión
¿En qué aspectos está dispuesto a ceder el Gobierno en los dos proyectos?, preguntó Clarín en las primeras líneas del Gabinete, un interrogante clave si se tiene en cuenta que las críticas desde la oposición dialoguista fueron diversas y amplias: desde Ganancias y el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), dos de los puntos más discutidos, hasta la moratoria previsional y las privatizaciones.
En el Gobierno prefieren no abrir el juego, a la espera de que los senadores que impulsan cambios consigan los consensos. Los gobernadores patagónicos instruyeron a sus senadores a intentar modificar la restitución del Impuesto a las Ganancias: quieren que se contemple a la región como zona desfavorable.
Sobre lo único que parece haber amplia mayoría es en la inconveniencia de que Diputados haya incluido a último momento el capítulo tabacalero: es que, con excepción de la Unión Cívica Radical, el resto de los bloques se opuso en el debate por la media sanción.
La gran duda, después del escándalo en el que se vieron involucrados los senadores por el aumento de sus dietas, es quién se animará a liderar la cruzada que eventualmente beneficie al “Señor del Tabaco”, Pablo Otero, dueño de Tabacalera Sarandí.
“Lo ideal sería que (el proyecto) se vote así como llegó de Diputados, pero está muy difícil y de nada sirve tensar y que no salga”, resume ante Clarín un funcionario de trato diario con el Presidente que, como propuesta alternativa, ofreció a senadores que presenten proyectos por fuera de este debate, algo que al menos por el momento no termina de convencer a la oposición. En cualquier caso, de las negociaciones se desprende el convencimiento del Gobierno de dar pasos seguros.
La estrategia parece estar dando buenos resultados: en las últimas horas el senador por Tierra del Fuego Pablo Blanco, de la Unión Cívica Radical, comprometió su voto a favor de la ley en general aunque advirtió que propondrá cambios en particular. Era uno de los que estaba en duda.
Con su voto, el Gobierno se entusiasma con superar los 37 necesarios para abrir la sesión y aprobar la ley. Todavía asoman lejanos los 39 que consiguió la vicepresidente Victoria Villarruel para designar autoridades de la Cámara y aislar a los K.
Tampoco representa una complicación para el Gobierno la cercanía con el Pacto de Mayo que propuso el Presidente en la apertura de sesiones ordinarias: salvo un cisne negro, en el oficialismo descuentan que la mayoría de gobernadores asistirá y que, con la ley virtualmente aprobada, podrá iniciarse un camino de diálogo en torno a los diez puntos del acuerdo que enumeró Milei. “Muchos gobernadores están mostrando buena predisposición”, reconocen. Y marcan como ejemplo el apoyo público que dieron los peronistas Raúl Jalil (Catamarca) y Osvaldo Jaldo (Tucumán) y los movimientos (por ahora subterráneos) de otros para que sus senadores acompañen con su voto.
Por el contrario, entienden que, cualquiera sea la suerte de la Ley Bases, el bonaerense Axel Kicillof, el pampeano Sergio Ziliotto, el fueguino Gustavo Melella, el formoseño Gildo Insfrán y el riojano Ricardo Quintela no serán de la partida. “Son parte del tren fantasma”, se resignan.