Con las candidaturas de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla para la Corte Suprema de Justicia en pleno proceso de adhesiones e impugnaciones, el Gobierno avanza en el plan B para ocupar una de esas vacantes en caso de que los pliegos de ambos, o de uno de ellos, no prosperen en el Congreso.
Se trata de Susana Medina, una jueza entrerriana que el mileísmo tiene como alternativa principal para el máximo tribunal, que reúne consenso además de un sector de la propia Corte y que podría cubrir el cupo de género que dejó libre Elena Highton de Nolasco cuando se jubiló.
Las reuniones entre la magistrada y el Gobierno se vienen dando desde hace tiempo, pero se intensificaron la semana pasada, con un encuentro que mantuvo el miércoles, público con la vicepresidenta Victoria Villarruel, y otro de bajo perfil, en el que no participó pero envió a dos allegadas suyas, con el secretario de Legal y Técnica, Javier Herrera Bravo, en Casa Rosada. Antes, a principios de año, había sido recibida por la secretaria de la presidencia Karina Milei y el jefe de Diputados Martín Menem.
Medina fue quien solicitó las dos reuniones en su rol de presidenta de la Asociación de Mujeres juezas de la Argentina (AMJA), acompañada por la vicepresidenta de la entidad, María de las Nieves Macchiavelli, y por la directora, María Teresa Day.
A las 11, estas fueron recibidas por Herrera Bravo y por la jefa de Gabinete de éste, María Sol Rodríguez Battini. Ella solicitó la audiencia, pero no asistió, tal vez cuidando la relación institucional y consciente de que hay dos candidaturas vigentes. Por la tarde, en tanto, estuvo en el Senado con Villarruel y con las senadoras Alejandra Vigo y Mónica Silva. Y antes había ido al Ministerio de Justicia a presentar un documento de adhesiones a su reclamo para que haya más mujeres en la Justicia. Tras las dos reuniones hubo foto, pero Medina solo estuvo en una, con la vicepresidenta.
En el encuentro con Herrera Bravo, que consta en el Registro Único de Audiencias del Ministerio del Interior, las enviadas de Medina «plantearon la preocupación de las asociadas, magistradas y funcionarias de todo el país, por la falta de la promoción de candidatas mujeres para ocupar cargos vacantes en la Corte Suprema de Justicia de la Nación». Todo un mensaje hacia el Gobierno en medio del proceso de selección.
La reunión con Javier Herrera Bravo, solicitada por Susana Medina, como consta en eel Registro de Audiencias.
El cupo de genero, su argumento
La titular de la Sala N° 3 del Trabajo del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos viene haciendo lobby en diferentes sectores para lograr ser considerada como una posible candidata para la Corte. Y aceleró en ese sentido después de que el Gobierno lanzara los pliegos de Lijo y García-Mansilla, con el argumento de que la vacante que dejó Highton en 2021 debe ser cubierta por otra mujer, por una cuestión de equidad de género, si bien no existe ningún sustento legal en ese pedido.
En esa línea, Medina tendría el aval de uno de los supremos actuales, Ricardo Lorenzetti, que en un acuerdo interno habría planteado que al menos uno de los cupos a cubrir en la Corte debería ser ocupado por una mujer.
La opinión de Lorenzetti tiene apoyo en diferentes sectores de la Justicia por una cuestión de institucionalidad. El artículo 3° del decreto 222/2003 establece que el Poder Ejecutivo debe tener en cuenta que «la inclusión de nuevos miembros permita reflejar las diversidades de género». Por eso, si bien no es una obligación, la designación de una mujer como mínimo para el cargo de jueza suprema es vista con buenos ojos.
Las enviadas de Medina a la reunión con Herrera Bravo.Lorenzetti es uno de los que impulsa internamente la candidatura del juez federal Ariel Lijo, que generó polémica en diferentes sectores de la Justicia y la política y que se encuentra en pleno proceso de presentación de impugnaciones y adhesiones. El otro candidato es Manuel García-Mansilla, decano de la Facultad de Derecho de la UCA, que cuenta con apoyo del Gobierno pero también motiva cuestionamientos de diferentes sectores de la oposición. Los cargos a cubrir son el de Highton y el de Juan Carlos Maqueda, que se jubilará en diciembre de este año.
A nivel legislativo, el tema cupo de género es central, ya que en el Senado hay 33 mujeres sobre un total de 72 integrantes y la aprobación de cualquier pliego necesita de dos tercios de avales. Es decir que con 25 votos en contra allí, las candidaturas de Lijo o García-Mansilla se caerían automáticamente. De allí que resuene el nombre de Medina, a quien muchos definen como una jueza federal libertaria por su afinidad con Karina Milei.
Medina tiene una larga trayectoria en la Justicia, aunque cuenta con un dato en contra en ese sentido: el 4 de julio cumple 69 años y sólo tendría poco más de un lustro para ejercer como suprema, ya que el límite establecido es de 75 años. A su favor, esgrimen quienes trabajan cerca de ella, la magistrada fue presidenta de la Asociación Internacional de Mujeres juezas, siendo votada por 5.200 magistradas de todo el mundo.