La entrada del portaaviones USS George Washington al Mar Argentino, el último miércoles, se convirtió en una experiencia importante y una aventura militar para autoridades y periodistas que pudieron visitarlo entre este jueves y viernes. Mientras tanto, la Armadas de Argentina y los Estados Unidos (la US Navy) realizaban históricas actividades conjuntas conocidas como PASSEX Gringo Gaucho II.
Por un pedido del embajador de lo Estados Unidos, Marc Stanley, a la US Navy, medios periodísticos, entre ellos Clarín pudieron visitar el “corazón” del gigantesco porta aeronaves, el sexto de propulsión nuclear de la clase Nimitz, y uno de los veinte buques masivos que los Estados Unidos puede llevar aviones de combate de última generación, aeronaves de reconocimiento y helicópteros para tiempos de guerra y también como instrumento de disuasión geo estratégica en tiempos de paz. Para el caso, una de sus joyas son los avión de combate polivalente de quinta generación F-35, a los que, por seguridad, no se los puede ni fotografiar.
Llegar al portaaviones este viernes llevó casi todo el día, en un viaje bajo estrictas reglas militares. Implicó un primer traslado en un Embraer de la Fuerza Aérea Argentina, desde la Aeroestación Militar de Aeroparque hasta el aeropuerto de Mar del Plata, a las 7 de la mañana. El viaje posterior fue en un helicóptero de la US Navy, que salió desde la ciudad balnearia a las 9 am, y que estaba bajo absoluto control de los Estados Unidos.
Petri y Mondino almuerzan en el Portaaviones Nuclear George Washington.Era un Black Hawk, como los que sólo suelen verse en las películas. Voló hacia el mar abierto a la altura de Chapadmalal. Y tras una hora de vuelo, se posó en este buque masivo que lleva más efectivos que la población de algunas ciudades. Pueda llevar hasta 3.000 marinos fijos y 2.400 aerotransportados. Al momento de la visita de los periodistas había embarcados 4.000 hombres y mujeres, entre ellos delegaciones extranjeras de 12 países, dos de ellos efectivos de la Armada argentina.
Para el caso, mide de longitud unas tres cuadras (más de 330 metros) y de manga 76 metros en la línea de flotación.
Cuando las alas del Black Hawk frenaron su rotación, sobre la pista flotante ya se veían argentinos yendo y viniendo junto a los marinos de los Estados Unidos. Clarín viajó este viernes con el contralmirante Marcelo Alejandro Dalle Nogare, subjefe de la Armada y con la secretaria del Area de Malvinas, Paola Di Chiaro. Entre tanto, el presidente de la Cámara de Diputados, Martin Menem, era de la partida pero pegó un faltazo a último momento. Y no se explicó por qué. Por el contrario, la vicepresidenta Victoria Villarruel, que estaba especialmente invitada al portaaviones se excusó con entendibles razones: al estar Milei de viaje, es su reemplazo en la Presidencia hasta su regreso. Y si bien el portaaviones navega por aguas argentinas -igual no entra a las 12 millas del Mar Territorial), la Cancillería le desaconsejó salir fuera de esas 12 millas.
En la aeronave estaban el comandate de la Flota de mar, contraalmirante, Gustavo Fabián Lioi Pombo; el comodoro de Marina Marcelo Paternostro (comandante del Area Naval Atlántica) y el comodoro de Marina Carlos Manuel Falcone (comandante de la Aviación Naval).
El jueves visitaron la Aeronave, los ministros Luis Petri y Diana Mondino, y la prensa oficial que llevaron consigo. También estuvieron el jefe del Estado Mayor Conjunto, Xavier Isaac y el jefe de la Armada, Carlos Allievi, observando sobre todo el despegue ya aterrizaje de los impactantes F-35, y F-18, además de los EA-18G Growler y los Grumman E-2 Hawkeye.
El interior del Portaaviones Nuclear George Washington en ArgentinaA Clarín y otros medios este viernes les permitieron acceder al corazón de este gigante. Un recorrido por donde se encuentra la gigantesca ancla y sus cadenas de toneladas; por los inmensos hangares donde se guardan reparan las aeronaves. También en la zona donde se le hace el mantenimiento a las turbinas de los aviones, y donde una vez más no se pueden ver ni fotografiar las de los F35. El recorrido incluye, zonas de prueba de motores, las oficinas de los jefes de escuadrones que están pintadas con sus símbolos como las de Elvis Presley una. También por los imponentes comedores (hay al menos ocho) y hasta cinco gimnasios. Los militares deben entrenar todos los días, y las mujeres se ven con tanta bravura como los hombres. Hay dos grandes grupos, que trabajan noche y día. Ellos le dicen, 24 por 7, en diferentes turnos.
El USS George Washington salió de la base aeronaval de Norkfolk, en Virginia a fines de abril y tras una larga restauración por un incendio.
Aviones de combate en el portaaviones Nuclear George Washington en ArgentinaViene con un despliegue internacional llamado “Southern Seas 2024”, recorriendo todo el Atlántico, haciendo ejercicios en el Caribe y en Sudamérica, para después, cuando salga de las costas argentinas, dar la vuelta por el Estrecho de Magallanes, hacer ejercicios y una ceremonia en Valparaíso Chile, y rumbear para San Diego California. Pero su destino es Japón. Con lo cual estos Ejercicio de Adiestramiento que hizo la fuerza del contralmirante Allievi entre este jueves y viernes con la US Navy no sólo marca la alianza de Javier Milei con Washington, sino el camino de su pedido del nuevo gobierno de ser socio global de la OTAN. Es una muestra también de Washington de dominio de los mares Atlantico y Pacifico, donde compite con China.
El PASSEX “Gringo-Gaucho II” se desarrolló este jueves y viernes enaguas jurisdiccionales argentinas, y durante el USS “George Washington”, viene acompañada por USS “Porter” y el Buque Logístico USNS “John Lenthall”. A lo largo de esta visita, Clarín fue guiado por el Almirante Alexis «Lex» Walker, quien, como todos las autoridades del portaaviones es un aviador naval.
Como el reciente PASSEX con los buques de la Marina Nacional Francesa, y ahora, con el George W, Washington los ejercicios permiten a la Armada Argentina mejorar la interoperabilidad con otra marina que tiene estándares de la OTAN, para practicar procedimientos y articular defensas (antisuperficie, antiaéreas, antisubmarina, etc.), dentro de una posible conformación de una Fuerza de Tareas Marítima.
Participaron los Destructores ARA “La Argentina” y ARA “Sarandí”; las Corbetas ARA “Espora” y ARA “Rosales”; los Patrulleros Oceánicos ARA “Contraalmirante Cordero”, ARA “Piedrabuena” y ARA “Storni”; dos helicópteros Sea King H3; un helicóptero Fennec, que irá como aeronave orgánica de un Destructor; un avión de exploración o vigilancia marítima B-200; y dos aeronaves turbomentor.
Con el objetivo de incrementar el nivel de adiestramiento naval y la interoperabilidad entre ambas armadas, las actividades están orientadas a la realización de ejercicios de comunicaciones tácticas; transferencias aéreas de personal entre las unidades; maniobras y evoluciones tácticas en navegación; lanzamiento de aeronaves de ala fija; avistajes de helicópteros en cubierta; defensa antiaérea y antisubmarina; y prácticas de Visita Registro y Captura entre los participantes.
Petri y Mondino observan las maniobras conjuntas desde el Portaaviones Nuclear George Washington en ArgentinaEl primer ejercicio conjunto entre las dos armadas se realizó en 1990 con el pasaje del portaaviones USS «Abraham Lincoln”, y se repitió en 1991 con el portaaviones USS «Kitty Hawk». En 1993 con el portaaviones USS «Constellation» volvieron a hacer otro; en 2004 con el portaaviones USS “Ronald Reagan”; en 2008 con el portaaviones USS «George Washington» y en 2010 con el portaaviones USS «Carl Vinson”.