Cada vez que el Congreso celebra una Asamblea Legislativa, la logística del Palacio se concentra en la Cámara de Diputados: tiene el hemiciclo más grande, con 257 bancas. Históricamente semejante ceremonia protocolar no es un asunto menor. Es necesario garantizar 329 asientos cuando se reúnen los integrantes de ambas Cámaras en ese recinto. Pero este sábado no hará falta un despliegue tan ambicioso como en las oportunidades anteriores, porque los 34 senadores y los 98 diputados de Unión por la Patria confirmaron con anticipación que no estarán. El éxodo tiene un piso de 132 ausencias peronistas y sumará una decena adicional de faltazos, hasta transformar la Asamblea de este sábado en la menos concurrida desde la recuperación democrática. Por eso el presidente Javier Milei tendrá un desafío discursivo y otro estético: controlar la imagen de un auditorio semivacío que le pondrá un techo de legitimidad a sus aspiraciones comunicaciones y políticas, en el arranque de un año electoral determinante.
La decisión de los bloques que conducen José Mayans en el Senado y Germán Martínez en Diputados combinarán el rechazo opositor contra las últimas medidas del Poder Ejecutivo, con las pocas ganas que tienen de ser, por tercera vez desde diciembre de 2023, los destinatarios preferidos de la virulencia de Milei. A ese malón se sumarán los cinco diputados de la izquierda y diez de los doce integrantes del bloque Democracia por Siempre, conformado por los legisladores radicales que se fueron del bloque de la UCR, en repudio a los correligionarios que respaldan y votan las medidas del Gobierno. El espacio que conduce el cordobés Rodrigo De Loredo posiblemente aporte asistencia perfecta y sea uno de los atenuantes a la preocupación que reconocen dentro del Gobierno. El hemiciclo asoma muy raleado y la comunicación presidencial buscará eludir ese problema de alguna manera. Una opción será restringir las tomas que registren las bancas vacías y otra será llenar las 140 ausencias con los senadores que asistan y, esta vez, no tengan que ser ubicados en sillas adicionales. Aún así, el poroteo logístico que barajan los organizadores anticipa que las ausencias serán muy difíciles de tapar.
Como sucede con todas las aritméticas políticas del Congreso, cuando no aparecen los números requeridos, sobrevienen los contornos de la derrota. En este caso, la cantidad creciente de ausencias refleja el malestar de distintos bloques opositores contra la decisión del Ejecutivo de “mojarle la oreja al Congreso” con la designación por decreto y en comisión del jurista Manuel García-Mansilla para ocupar la vacante que Juan Carlos Maqueda dejó desde que cumplió 75 años el 28 de diciembre. La Corte le tomó juramento al flamante ministro y sumó un cuarto integrante, considerado el más frágil del elenco: fue nombrado por un año y en comisión, sin contar con un dictamen de mayoría de la Comisión de Acuerdos, ni con los votos necesarios para contar con la aprobación de la Cámara Alta. Aunque son volátiles, los pergaminos provisorios de García-Mansilla le permitirán sentarse este sábado a la derecha de la presidencia de la Asamblea, junto a los otros tres cortesanos. En la Casa Rosada confirmaron que también invitaron al juez federal Ariel Lijo, impulsado por Milei para ocupar el lugar que ocupó Elena Highton de Nolasco. A diferencia del cuarto cortesano, Lijo tiene dictamen de la Comisión de Acuerdos y todavía no suma los 48 votos del Senado. El magistrado tiene una licencia extraordinaria aprobada por la Cámara Federal y el jueves que viene la Corte definirá si ratifica ese permiso. Si no lo hace, su postulación quedará herida. El suspenso latirá hasta el jueves que viene y, en lo inmediato, obstaculiza la presencia de Lijo en la Asamblea Legislativa de este sábado. Salvo para el Gobierno, que sigue especulando con sentarlo al lado de los demás cortesanos. “Si lo hacen, será otra mojada de oreja que comenzarán a pagar desde el miércoles”, confió a PERFIL un importante senador que estará presente, pero que forma parte de las exploraciones de radicales y peronistas para rechazar las nominaciones de ambos postulantes. Por esa tensión, la ausencia o la presencia de Lijo en el asiento para invitados de la Corte es mucho más que un termómetro simbólico, sino el anticipo del clima que tendrá el Congreso desde el miércoles, cuando concluyan los feriados de carnaval y arranque formalmente el período de ordinarias.
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A la ofensiva opositora que se cocina, bajo fuego lento, en el Senado contra Lijo y García- Mansilla, se suman los planes en Diputados para sesionar el segundo martes de marzo. Casi como un acuerdo ecuménico, quieren tratar todas las iniciativas presentadas para investigar la criptoestafa. El oficialismo buscará frenar todo, pero sus principales legisladores admiten que, apenas pase la resaca de la apertura, volverá la dura realidad. En el Senado, la relación del Gobierno con la vicepresidenta Victoria Villarruel es peor que antes por su rechazo a Lijo y en Diputados todo depende de mantener dividida a la oposición. Todo es tan finito, que un paso en falso puede originar una nueva e inesperada derrota.
Los ausentes
◆ Los bloques de Unión por la Patria en las dos Cámaras totalizan 132 faltazos.
◆ Los cinco diputados de la izquierda tampoco estarán.
◆ Diez de los doce integrantes del bloque Democracia para Siempre, compuesto por radicales rebeldes, serán parte del éxodo.
◆ El bloque de la UCR en el Senado también tendrá asistencia dividida.
◆ Encuentro Federal, que lidera Miguel Pichetto, aportará presencias y ausencias.