«Son seres humanos. Como vos». De tanto en tanto, en el majestuoso edificio de Tribunales de la calle Talcahuano, usan esa figura para describir a los jueces de la Corte Suprema de la Nación. Más allá de la empatía que busque el interlocutor con el periodista, la frase esconde otra acepción: quiere decir que a los miembros del máximo cuerpo de la Justicia los mueven motivaciones y convicciones personales, más allá de su formación profesional.
Aunque el fallo de este martes que rechazó el pedido de declarar inconstitucional todo el DNU de Javier Milei para desregular la economía no aclara por supuesto nada de esto, su contenido excede las palabras y contiene varios mensajes directos.
El más obvio es contra quien recibió la mala noticia: el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, quizás el mandatario peronista de perfil más alto en el final de la gestión de los Fernández y el arranque del libertario. Fue, entre otros, quien dijo que renunciaría si ganaba la Libertad Avanza. No cumplió.
Pero esa no fue la única contradicción de Quintela, según anotan fuentes judiciales. El mismo gobernador había ido el año pasado hasta la Corte Suprema a reclamarles a los jueces que no intervengan en la polémica por el recorte de fondos desde la Nación a la Ciudad con la que Alberto Fernández (por orden de Cristina Kirchner) había castigado al opositor Horacio Rodríguez Larreta y beneficiado a su aliado Axel Kicillof.
Palabras más, palabras menos, Quintela les explicaba a los jueces de la Corte que no debían inmiscuirse en temas de gestión política. Exactamente al revés de lo que reclamaba ahora con el DNU de Milei.
Pero además, y esto tampoco lo admitirán en público, los cortesanos tomaron nota de otra acción de Quintela: el riojano fue uno de los gobernadores que había apoyando el proyecto para ampliar a 15 miembros la Corte Suprema y licuar el poder de sus actuales integrantes.
Otro destinatario del fallo, explican fuentes judiciales, es un ex colega, Eugenio Zaffaroni, quien luego de dejar la Corte blanqueó su integración al kirchnerismo y fue uno de los escribas del reclamo contra el DNU. Sus ex compañeros, sin piedad, atacan la demanda y dicen directamente que está mal presentada.
Ahora, la reforma laboral
Con el rechazo a implementar una cautelar antes los pedidos de inconstitucionalidad de Quintela (y también el del abogado porteño Jorge Rizzo), si bien no definió la cuestión de fondo, la Corte dejó vigente el grueso del DNU. ¿Por qué «el grueso»? Porque en paralelo, el Alto Tribunal debe definir sobre el capítulo de reforma laboral que contiene el decreto y que fue frenado en instancias judiciales menores.
«Como este tema lo está discutiendo el Congreso, incluso la UCR presentó el otro día un proyecto, la Corte no debería intervenir en el corto plazo«, interpretó una fuente que sigue al tanto el debate.
Algo similar había dicho meses atrás el titular del cuerpo, Horacio Rosatti. Insistió en que la política debe resolver las cuestiones que le atañen, evitando en lo posible la intervención judicial. Ese concepto lo repitió la semana pasada, en un encuentro del Rotary Club. Sin embargo, allí remarcó que la Corte fallaría en tanto la política no resuelva sus temas en un «plazo razonable». Para el DNU, en general, el plazo se venció hoy.
El decreto ya había sido rechazado en el Senado y había quedado a golpe de nocaut en Diputados. Allí, la implosión del bloque libertario generó mayor tensión. En ese contexto, la decisión de la Corte es una bocanada de aire puro para Milei.
Curioso: el Presidente había asegurado semanas atrás que había tres jueces del tribunal (Rosatti, más Juan Carlos Maqueda y Carlos Rosenkrantz) que estaban en contra del DNU. ¿Estaba mal informado? Las miradas allí corren hacia el cuarto integrante, Ricardo Lorenzetti, hoy en minoría en el Palacio pero con muy buen diálogo con los Milei (Javier y Karina).
Lorenzetti está señalado como autor intelectual de la candidatura del juez Ariel Lijo para cubrir la vacante que dejó Elena Highton. El ex presidente de la Corte aspira hace tiempo a romper la hegemonía de Rosatti & Cía y cree que podría contar con Lijo como aliado.
En el mismo combo, Milei presentó la nominación del jurista Manuel García-Mansilla para reemplazar a Maqueda cuando cumpla 75 años en diciembre. Como ser humano, al juez cordobés no le habría caído de la mejor manera la forma de anunciarle su salida. Como juez, por ahora, también puso su firma para sostener el decreto de Milei.