Las dos represas proyectadas sobre el río Santa Cruz son el complejo hidroeléctrico más ambicioso en obra pública. La obra se encuentra detenida desde diciembre pasado. La UTE a cargo de la construcción espera llegar a buen puerto en las negociaciones con ENARSA que es comitente de la obra. En tanto, los 2.700 trabajadores permanecen en sus casas percibiendo un 80% de sus salarios. Anunciadas por primera vez en 2008, luego en 2012 y comenzadas recién en 2015, el plan de obra estipulaba un plazo de cinco años y medio para terminar las dos represas. Una de ellas está al 42% y la otra al 20% de avance. Habrá otra ampliación de los plazos de una obra licitada hace once años.
“Néstor Kirchner y Jorge Cepernic”, así se llaman las dos represas sobre el río Santa Cruz que se convirtió en otra de las promesas energéticas del gobierno kirchnerista y que aún, por diversos motivos, continúan en obra. La UTE responsable de su construcción esta integrada por la china Gezhouba (54 %), Eling Energía SA (ex Electroingeniería 36%) e Hidrocuyo SA (10%)
Las marchas y contramarchas alrededor del megaproyecto hidroeléctrico se sucedieron en todas las gestiones. El gobierno de Mauricio Macri suspendió los trabajos durante dos años y después de una serie de modificaciones decidió que se avanzara en las tareas.
El plan impulsado llevó el proyecto de las represas de 1.740 megavatios de energía a 1.290 megavatios. Su costo sería de casi un 20% menos que lo pactado por el gobierno kirchnerista: se presupuestaron en 4.730 millones de dólares contra más de 6.000 millones. Además, se agregó un complemento de una línea de alta tensión de 500 kilovatios.
El 85% del financiamiento de la obra es chino y por eso la UTE está integrada por Gezhouba, que tras el escándalo del caso Cuadernos de las Coimas donde quedó involucrada Electroingeniería y su ex director, Gerardo Ferreyra, detenido en 2018 pero excarcelado tiempo después, la firma china se quedó con la participación mayoritaria.
En agosto de 2022, Electroingeniería se transformó en Eling Energía SA. La otra modificación de relevancia es que Gerardo Ferreyra dejó de ser accionista de la compañía, al igual que Osvaldo Acosta. Hoy la compañía la dirigen Juan Manuel Pereyra y Carlos Bergoglio (hijo). Son accionistas junto con los hijos de Osvaldo Acosta.
Pero cuando la obra se reactivó tuvo otro freno: la pandemia que detuvo durante un largo período los trabajos en suelo santacruceño. Una vez que las tareas se retomaron, el gobierno de Alberto Fernández puso otro plazo para terminar el contrato. Sergio Massa, que era ministro de Economía y había conseguido un desembolso chino por 500 millones de dólares, dijo que 2027 sería el año.
Proyecto de represas hidroeléctricas en Santa Cruz.
Negociaciones para reactivar la obra
Aquel anuncio determinó que el complejo hidroeléctrico, que iba a tomar entre 6 y 8 años, podría estar finalizado 14 años después de lo anunciado. Pero ese plazo podría ser aún mayor una vez que concluyan las negociaciones con ENARSA, considerando que desde diciembre, con el cambio de gestión política, se paralizaron los trabajos.
“Las negociaciones cuentan con miradas positivas de ambas partes para la reactivación, hay intención de que se continúe lo antes posible”, indicaron a Clarín fuentes cercanas al proyecto y explicaron que de las negociaciones con ENARSA “saldrán nuevos plazos y se fijarán nuevas fechas”.
Todas las modificaciones de plazos que se fueron realizando figuran en las diversas adendas del contrato original. Por otro lado, el crédito de origen chino sigue siendo el mismo. Sin embargo, no hay depreciaciones respecto al valor de obra “ya que también tiene que ver con las negociaciones”, se señaló.
Ante la consulta de Clarín, fuentes del gobierno indicaron que «se están analizando las posibilidades. No hay certeza sobre fechas pero hay diálogo con la contratista».
Desde ENARSA indicaron que están «concentrados en recuperar el mercado eléctrico».
Campamento de las Represas de Santa Cruz
Avance de obra
La represa denominada Jorge Cepernic (ex gobernador de Santa Cruz), es la más pequeña: cuenta con una capacidad instalada de 360 megavatios y 41 metros de altura.
Su nivel de avance es del 42%. “Ya se visualiza la presa, la casa de máquinas dónde estarán las turbinas”, detallaron fuentes oficiales. Ese avance de obra tiene que ver con la excavación, relleno, hormigonado y con las estructuras de obras electromecánicas.
En esa presa hay dos turbinas de origen chino que arribaron a la provincia patagónica en octubre de 2023, pero aún no se encuentran montadas. “Jorge Cepernic” contará con tres turbinas en total.
La segunda represa, la que llevará el nombre del ex presidente y ex gobernador santacruceño “Néstor Kirchner”, contará con cinco turbinas que aún no se encuentran en el país, “pero están en proceso de fabricación”, se remarcó. Tendrá una altura de 73 metros y generará 950 Mw.
Esta obra tiene un 20% de avance en cuanto a las “obras de excavación, relleno y rellenos de contrafuerte”.
Hasta el momento, según pudo saber Clarín, se realizaron desembolsos por 1.850 millones de dólares de los 4.714 millones que corresponden al crédito total. Fuentes cercanas al proyecto hidroeléctrico afirmaron que “están las condiciones para pedir un nuevo desembolso, pero también están atados a todas las conversaciones, negociaciones y decisiones de las nuevas autoridades”.
Cristina Kirchner el día que adjudicó las represas en un acto en Río Gallegos. Foto Opi Santa Cruz.
Las marchas y contramarchas
Las represas santacruceñas arrancaron con el nombre de dos gobernadores de esa provincia (Jorge Cepernic y Néstor Kirchner) durante la segunda presidencia de Cristina Kirchner. Luego, la administración de Cambiemos les devolvió las denominaciones originales, Cóndor Cliff-La Barrancosa. El regreso del Frente de Todos al poder reinstaló los nombres políticos.
Las represas generarán alrededor del 4% del total de energía nacional. Fueron una bandera energética (inconclusa) del gobierno de Cristina Kirchner, y otro foco de disputa con Cambiemos que en plena campaña electoral relanzó el proyecto, pero después detuvo el proyecto por una discusión ambiental.
Con el gobierno de Alberto Fernández se pudo retomar el trabajo, pero también tuvo momentos de pausa en las tareas esenciales. Entonces, como vicepresidenta del país Cristina Kirchner habló de «abandono y desidia» respecto a la gestión anterior por el freno en la obra.