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Buenos Aires
13 junio, 2025

Proyecto de resoluciones sobre situación nacional del XX Congreso del PTS


El presente proyecto de resoluciones, elaborado en base a la discusión en la dirección nacional del PTS, tiene el objetivo de integrar elementos de coyuntura y problemas estratégicos de la etapa, como base para la discusión de la orientación del XX Congreso de nuestra organización.

Miércoles 11 de junio 23:13

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Visto:

  •  Que el XX Congreso del PTS sesiona durante el mes de junio de 2025, en el marco de un año que, cruzado por la crítica situación económica y social así como por las elecciones de medio término, se considera crucial para el devenir del gobierno de Javier Milei.
  •  Que, sin embargo, a la hora de publicar este proyecto de resolución, un hecho de alto impacto influye sobre el conjunto de la situación y sacude todo el tablero político: la resolución de la Corte Suprema de Justicia que deja firme la condena a 6 años de prisión e inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos contra Cristina Kirchner, principal referente de la oposición, titular del PJ, dos veces presidenta y ex vicepresidenta, que además venía de anunciar su candidatura en la Tercera Sección Electoral de la provincia de Buenos Aires hace pocos días.
  •  Que esta resolución judicial es un ataque reaccionario que tiene como resultado su proscripción política, al impedirle participar del proceso electoral al que se había postulado (y también hacia el futuro). Estamos ante un hecho que implica un nuevo salto en intentar imponer métodos autoritarios, antidemocráticos y represivos por parte de un Poder Judicial reaccionario, corrompido, alineado a sectores del imperialismo y de la derecha y poder económico local (como el Grupo Clarín o el macrismo), que de ninguna manera busca juzgar casos de corrupción (que existen en todos los gobiernos capitalistas, incluidos los kirchneristas), sino arrogarse de forma completamente antidemocrática, y mediante un proceso judicial manipulado, el derecho a decidir quién puede ser candidatx y quién no, fallando al servicio de los intereses del gran capital. El contraste con la impunidad de la que gozan actos de corrupción de otros gobiernos, por no hablar de la protección de la que se benefician aún muchos cómplices de la última dictadura, es elocuente. Nosotros, el PTS-FITU, que siempre hemos sido y somos opositores al kirchnerismo, e incluso hemos sufrido la represión y ajustes de sus gobiernos, sabemos que si avanzan estos métodos autoritarios, serán luego utilizados contra todo el pueblo trabajador y contra la izquierda, y por eso nos oponemos de forma principista y exigimos la más amplia, inmediata y masiva movilización popular. Ver declaración del PTS: No a la proscripción de Cristina Fernández de Kirchner.
  •  Que, en una Argentina atravesada por una crisis orgánica no resuelta, en la que fracasaron los últimos dos gobiernos, el régimen político está fragmentado y todos los partidos políticos y proyectos de país expresan minorías sin que nadie pueda conquistar hegemonías duraderas sobre una mayoría de la sociedad, sacar a Cristina Kirchner de esta contienda electoral y de las futuras, con estos métodos proscriptivos (cuando podría haber ganado la Tercera Sección Electoral y hacer crecer el “fantasma” de su vuelta en 2027), es un intento de sectores de las clases dominantes de reconfigurar el régimen político más hacia la derecha por la vía de desplazar a una figura que, aún de forma distorsionada, expresa aspiraciones de fracciones de la clase trabajadora y de clases medias progresistas (aliados a sectores de la burguesía nacional).
  •  Que esas aspiraciones de su base electoral -más allá de los recurrentes giros programáticos de CFK hacia un centro burgués que no saca los pies del plato ni del régimen del FMI ni de aspectos cruciales como el extractivismo, o de sus alianzas y planes de gobierno que han permitido los avances de la derecha-, son consideradas por sectores de las clases dominantes como un obstáculo para avanzar a fondo con los planes estratégicos del gran capital internacional y del gran empresariado local, para lo cual tienen que cambiar la relación de fuerzas entre las clases. Que el gobierno de Milei expresa la fracción más radicalizada de estos planes, y la más directa del capital financiero, petrolero y minero (aunque con más contradicciones con sectores de la burguesía industrial y mercadointernista e incluso roces con las patronales del campo por el tipo de cambio y las retenciones), bajo su programa de mayor subordinación aún de toda la economía a los intereses del capital financiero y el pago de la deuda a los especuladores; fomentar el saqueo extractivista como vía de generar divisas; promover una apertura comercial; desregular las más amplias actividades; avanzar en el achicamiento cualitativo del Estado (no sólo con despidos sino con reducción de los presupuestos de salud, investigación científica, cultura y educación públicas) y profundizar las reformas laboral y jubilatoria, entre algunos de sus puntos fundamentales, todo bajo la estricta subordinación de la economía nacional al régimen del FMI y los grandes empresarios.
  •  Que, retrocediendo más atrás en el tiempo, el kirchnerismo había sido en sus orígenes un régimen de desvío después de las jornadas revolucionarias de diciembre de 2001 y de la salida adelantada de Eduardo Duhalde tras la Masacre de Avellaneda en la que fueron asesinados Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. Que, para restaurar el poder del Estado burgués en ese contexto -y en un ciclo económico muy favorable en sus inicios-, el entonces Frente para la Victoria tuvo que tomar demandas de las masas, para pasivizarlas y cooptar organizaciones, pero teniendo en cuenta una determinada relación de fuerzas entre las clases. Pero que, desde hace años, los núcleos centrales del imperialismo y de las clases dominantes locales quieren dar por cerrado ese ciclo, sin haberlo podido resolver hasta el momento. Que el macrismo fracasó en su momento en ese objetivo y que La Libertad Avanza representa un nuevo intento en ese sentido y ahora el Poder Judicial lo intenta por otras vías.
  •  Que este avance reaccionario del Poder Judicial es inseparable de un contexto en el que la crisis económica, política y social que desembocó en el triunfo de Milei en 2023 no se ha cerrado. Desde el inicio del mandato de La Libertad Avanza existe el interrogante -que los últimos acontecimientos no despejan- respecto de la fortaleza con la que el gobierno cuenta (o no) para llevar su programa adelante, en el marco de que existe una crisis del régimen de partidos, un descontento social acumulado desde hace años y una persistencia, aunque con flujos y reflujos, de la conflictividad social, a la vez que existen problemas estructurales de la economía de difícil resolución.
  •  Que ni el gobierno de Milei hasta el momento, ni ahora el fallo reaccionario para intentar incidir hacia la derecha en el régimen político, resuelven el problema de fondo, sino que, para que los planes de la burguesía puedan avanzar y asentarse, es necesario cambiar la relación de fuerzas entre las clases por la vía de imponer derrotas que aún no se han producido, más allá del deterioro de las condiciones de vida de los últimos años. Volveremos más abajo sobre la creciente oposición social y conflictividad social que se viene observando en las últimas semanas.
  •  Que, en el plano de la lucha democrática contra la proscripción, aún resta por ver cómo se desarrolla la situación en las próximas semanas. La reacción inmediata al fallo fue de convocatorias de algunas miles de personas en distintos puntos del país, algunos cortes de rutas y acciones en facultades impulsadas por sectores de las organizaciones políticas, sindicales, estudiantiles y populares de algunas franjas del peronismo y con participación de sectores de base. Que, sin embargo, el discurso de Cristina Kirchner es el de fortalecer la militancia y la organización, pero, centralmente, en la perspectiva de ser una “alternativa para cuando esto se desplome”. Al igual que como fue con Lula en Brasil, por supuesto, la del kirchnerismo y de todo el peronismo no es la orientación de derrotar la proscripción con la movilización popular, aunque esto no necesariamente es interpretado así por su base, sino que abre a contradicciones sobre las cuales trabajar. Que está abierta la posibilidad de que la falta de consecuencia de distintos sectores de la dirección del peronismo para llamar a una lucha decidida pueda entrar en contradicción con franjas de la base del espacio con mayor voluntad de seguir la pelea, aunque tampoco podemos descartar que se imponga un clima de desmoralización como consecuencia de la pasividad que viene promoviendo la dirigencia peronista en todas las organizaciones que dirige (sindicatos, centros de estudiantes, organizaciones sociales, etc). El PTS en el Frente de Izquierda, que hemos movilizado y rechazado el ataque desde el primer minuto, planteamos que es urgente que la dirigencia peronista convoque a movilizaciones masivas en todo el país, que hay que copar las calles de CABA y las grandes ciudades como parte de esa gran pelea y que la CGT y los sindicatos tienen que romper la escandalosa tregua que vienen llevando adelante y convocar a asambleas, paro nacional activo y plan de lucha. Que es necesario desarrollar una amplia lucha en las universidades de todo el país, apelando a asambleas, clases públicas, tomas de facultades y movilizaciones.
  •  Que no se puede descartar que frente a este ataque reaccionario, contra este endurecimiento autoritario, y si no se impone la política de sectores de la dirigencia peronista de “desensillar hasta que aclare”, se incremente la polarización política y social y que la lucha contra la proscripción se convierta en un conflicto activo o que aliente un crecimiento de los fenómenos de lucha contra los ataques del gobierno al salario, jubilaciones, educación, salud.
  •  Que la posición del PTS-Frente de Izquierda y de sus principales referentes, rechazando sin especulaciones el ataque antidemocrático a pesar de ser duros opositores al peronismo, ha tenido una enorme repercusión política y ha generado simpatía en amplísimos sectores del peronismo que reconocen nuestro posicionamiento consecuente, dejando abierto un diálogo muy grande con esos sectores para discutir cómo continuar la lucha, pero también cómo enfrentar los planes de ajuste y plantear una salida a la crisis. Que esto es la continuidad del reconocimiento que veníamos conquistando -en estos y otros sectores políticos- por estar siempre en la primera fila de las peleas contra el ajuste, en contraposición a las burocracias que dejan pasar casi todo, a lo sumo haciendo medidas aisladas sin continuidad.
  •  Que el viejo régimen de partidos bicoalicional que venía rigiendo ya había colapsado, con el estallido de Juntos por el Cambio (e incluso con divisiones internas dentro del PRO y dentro de la UCR) y la crisis del peronismo tras el fracaso del Frente de Todos. Que, al mismo tiempo, los resultados por distrito y el ausentismo electoral observados en las elecciones adelantadas (aunque no se pueden trasladar mecánicamente sus conclusiones a octubre), las crecientes oposición social y conflictividad y la incertidumbre del plan económico, dan cuenta de que La Libertad Avanza no ha logrado de momento mostrarse como una opción que asegure consolidarse en el mediano y largo plazo.
  •  Que, dentro del peronismo, el fallo ha revitalizado la centralidad política de Cristina Kirchner, quien logra represtigiarse como perseguida por el gran poder económico y judicial y consigue pronunciamientos de apoyo por parte de prácticamente todo el espectro de ese espacio político, luego de largas internas en las que, tras el fracaso del Frente de Todos, se desarrollaba una crisis de liderazgo con espacios provinciales pujando por sus propios intereses y también, como máxima manifestación del problema, con la disputa entre Axel Kicillof y Cristina Kirchner en la provincia de Buenos Aires.
  •  Que, sin embargo, es altamente probable también que sectores del peronismo, al mismo tiempo que se ubican rechazando el fallo contra Cristina Kirchner, busquen utilizar la situación para avanzar en una renovación de la conducción del espacio, por la cual pujan desde hace años. Que, en ese sentido, estamos ante una reapertura del juego político, cuya evolución hay que seguir en el próximo período.
  •  Que, como mencionamos al comienzo, y dada la crisis orgánica, todos los elementos de coyuntura en Argentina deben leerse desde el prisma de los problemas estratégicos del intento de darle un cierre reaccionario a la misma por la vía de resideñar el país aún más a favor de la gran burguesía nacional y extranjera.
  •  Que el gobierno tiene como principales puntos de apoyo el que le dan sectores del imperialismo (especialmente Donald Trump), así como sectores de la gran burguesía, especialmente el capital financiero, petrolero y minero. Que, en el plano político, ha buscado apoyarse para sostener la “gobernabilidad” en los sectores colaboracionistas del régimen, especialmente del PRO y sectores de la UCR, del bloque de Pichetto y del peronismo, que han sido indispensables para votarle leyes en el Congreso Nacional y, en el caso del peronismo especialmente, intentar controlar la calle en pos de una estrategia de sostener al gobierno hasta un recambio electoral en 2027.
  •  Que, sin embargo, el de La Libertad Avanza es un gobierno que asumió con muchos elementos de debilidad institucional y política, como haber ganado recién en el balotaje luego de haber salido segundo en la primera vuelta, ser minoría en ambas cámaras del Congreso Nacional o no contar ni con gobernadores ni intendentes propios. Que, con este trasfondo, el gobierno de Milei ha utilizado ampliamente desde el comienzo de su mandato mecanismos de tipo bonapartista como los DNU, los vetos a determinadas leyes sancionadas por el Congreso Nacional y la represión sistemática a la protesta social. En otro plano, pero ligado, la sanción de la Ley Bases está salpicada por sospechas de corrupción, mientras que el “tercio antiveto” también está en duda antes de la elección, ya que el gobierno viene de sufrir reveses parlamentarios. Que el fallo reaccionario de la Corte Suprema contra CFK – aunque no haya sido impulsado desde LLA, que presumiblemente buscaba polarizar electoralmente con CFK- no puede leerse tampoco por fuera de estos elementos de dificultades para darle cierre a la crisis orgánica.
  •  Que, más allá de coyunturas más críticas o de más estabilización precaria, toda la conjunción de elementos estratégicos políticos, económicos y sociales no resueltos hacen que la situación se desarrolle en un marco de inestabilidad política, económica y social, en tanto no haya cambios decisivos en la relación de fuerzas entre las clases.
  •  Que la asunción de Donald Trump trajo convulsiones de las cuales Argentina no se puede abstraer, con un mundo que no logra salir de una situación que en el mainstream de Estados Unidos se discute si es o no de estancamiento secular. Que América Latina está en una “década pérdida” según la CEPAL y que existen debates sobre la posibilidad de una recesión global o al menos de algunas economías centrales. (Ver, para mayor desarrollo sobre este punto, el proyecto de resoluciones sobre situación internacional del XX Congreso del PTS).
  •  Que, después de haber atravesado su peor crisis financiera durante los primeros meses del año -que se combinó a su vez con crisis políticas como la criptoestafa y el revés que sufrió tras su discurso en el Foro de Davos-, el gobierno fue rescatado por el FMI mediante un acuerdo de Facilidades Extendidas por 20.000 millones de dólares, con desembolsos inmediatos por montos muy altos que le dieron aire en la coyuntura pero sin resolver ningún problema de fondo.
  •  Que, incluso, algunas de las contradicciones económicas se están agravando por la decisión de mantener a cualquier costo el tipo de cambio y tomar medidas de apertura comercial, como por ejemplo el deterioro de la cuenta corriente de balanza de pagos, sobre todo por la caída del superávit comercial, dentro de un esquema que favorece importaciones y turismo en el exterior. Las reservas netas del BCRA continúan en terreno negativo y el riesgo país por encima de los 600 puntos. La meta de acumulación de reservas pactada con el FMI está en duda de que vaya a ser cumplida, y es un tema de vital importancia, no solo por el acuerdo con el organismo, sino porque es clave para hacer frente a los pagos de deuda futura con acreedores privados, además de con el propio Fondo. Entre los sectores menos beneficiados de las clases dominantes por el esquema económico, los más ligados al mercado interno y expuestos a la apertura comercial, es donde hay más hipótesis de cierres y despidos.
  •  Que la política inmediata del oficialismo (su objetivo de corto plazo), con apoyo para eso de Donald Trump, del FMI (por presión de Estados Unidos, ya que gran parte del directorio estaba en contra del nuevo préstamo a Argentina) y de sectores de las grandes patronales, es aguantar hasta las elecciones de octubre con la menor cantidad de sobresaltos posibles, sin perder el control de la inflación y del valor del dólar, factores íntimamente ligados uno a otro.
  •  Que La Libertad Avanza busca consolidar en la coyuntura una política de desinflación y una imagen de estabilidad como sus principales capitales políticos -junto con el fracaso de los gobiernos anteriores- para intentar salir airoso del proceso electoral y buscar mayor fortaleza política para la segunda parte de su mandato, con el límite de que se renuevan sólo un tercio de los senadores y la mitad de los diputados. Que, sin embargo, la proscripción de Cristina Kirchner le abre un escenario nuevo para su estrategia electoral, dado que le quita la posibilidad de polarizar de forma abierta con ella.
  •  Que, ya en el momento actual, los límites de la política del gobierno se venían observando no solo en la precariedad del esquema económico sino también en el crecimiento de la oposición social a sus planes. Esto se percibe en los últimos meses en la enorme simpatía recogida por la lucha de los jubilados (que fueron un factor clave para obligar a la burocracia de la CGT a llamar al paro nacional del 10 de abril), pero también en el gran apoyo a reclamos como los del Hospital Garrahan o los de las personas con discapacidad, entre otros, muchos de los cuales cuentan con gran legitimidad social contra las políticas de ajuste fiscal en esos sectores, como antes lo había sido también la pelea por el financiamiento universitario, entre otras que desmienten el supuesto triunfo sin matices del oficialismo en la “batalla cultural” por el achicamiento del Estado, dando cuenta de que es más contradictorio. También las políticas de ajuste fiscal generan conflictos como en docentes (Buenos Aires, Catamarca -contra una ley del gobernador, que tuvo que retirarla-, etc), estatales y otros sectores, e incluso generan fricciones presupuestarias entre el gobierno nacional y los provinciales.
  •  Que este crecimiento de la oposición social también se expresa en un aumento de la conflictividad gremial en sectores más amplios. En algunos casos muy importantes, como colectiveros, se han impuesto incluso medidas desde abajo a la burocracia de la UTA, mientras que en otros como el mencionado de docentes de provincia de Buenos Aires se hizo un paro muy fuerte a pesar de la traición de SUTEBA, entre otros ejemplos sintomáticos. La combinación de política dura por parte del gobierno y las patronales, junto con la complicidad de la burocracia sindical (aunque por momentos haya sectores que busquen reubicarse), puede alentar nuevos fenómenos con tendencias a las luchas desde abajo, con elementos de autoorganización, y otros procesos por abajo, incluyendo a veces reubicaciones de delegados de base de algunos gremios. Entre las demandas estamos viendo reclamos por temas salariales en muchos lugares o contra cierres (en algunos casos con problemáticas más de fondo, como Tierra del Fuego), despidos, ataques flexibilizadores y/o antisindicales (Georgalos, Secco, que se suman a los despidos discriminatorios en Shell, Pilkington, P&G, VW, etc), y también de sectores populares (Feria de La Salada). Se demuestra que la baja relativa de la inflación (más aún cuando es acompañada de una política de “cepo a las paritarias”), es insuficiente para cerrar el malestar social que hay acumulado con años de crisis y ajustes que este gobierno no hizo más que profundizar, y que las políticas de envalentonamiento patronal encuentran resistencia en distintos lugares. El deterioro general de la vida en grandes sectores de masas en cuanto a precarización del trabajo, pluriempleo, horas extras, vivir trabajando para apenas sobrevivir, mientras los ingresos cada vez alcanzan menos para pagar las necesidades elementales, está en la fuente de este profundo descontento.
  •  Que las jornadas de los miércoles, con los jubilados como vanguardia, y aún a pesar de sus altas y bajas, se han transformado en un símbolo de la resistencia y por momentos se convierten en instancias con tendencias a la confluencia entre distintos movimientos y sectores en lucha (como el 12 de marzo -que mostró también síntomas de odio y radicalización-, el 19 de marzo o, más recientemente, el 4 de junio).
  •  Que también el 1ro de febrero había habido una masiva movilización organizada desde abajo contra los ataques de Milei a la diversidad sexual, a la vez que el 8 de marzo y el 24 de marzo también fueron marchas numerosas. El 4 de junio el Ni Una Menos fue un actor convocante de la jornada que, aunque no hay movimiento feminista en las calles, tuvo el acierto político de plantear la “unidad de las luchas” como tarea del momento.
  •  Que las elecciones adelantadas en la Ciudad de Buenos Aires, Santa Fe, Salta, Jujuy, Chaco, San Luis y Misiones arrojaron, en términos generales, una tendencia a la baja participación electoral. Que, si bien ese dato no puede ser trasladado mecánicamente a las elecciones de octubre (que pueden quizás concitar más interés), deben ser tomadas como un síntoma del bajo entusiasmo que despierta el régimen político después de años de crisis. Que el viejo régimen bicoalicional que venía rigiendo en Argentina en los últimos años ha entrado en crisis, pero que aún no se ha consolidado uno nuevo.
  •  Que, sobre la crisis del régimen de partidos y este ausentismo, está abierto el interrogante respecto de cómo impactará la proscripción de la principal líder de la oposición.
  •  Que en las elecciones adelantadas que hubo hasta ahora La Libertad Avanza de momento solo pudo festejar un triunfo -en la Ciudad de Buenos Aires- que le permitió evitar una victoria del peronismo y, sobre todo, imponerse en la interna de la derecha contra el macrismo, pero fue una conquista limitada en términos profundos, ya que su candidato, Manuel Adorni, fue votado por tan solo el 16 % del padrón electoral, en el marco de altos índices de ausentismo.

    Y considerando:

  •  Que el plan estratégico del gobierno no consiste tan solo en administrar la crisis, sino en rediseñar el país a favor del gran poder económico, con el programa mencionado más arriba.
  •  Que es improbable que cuando el gobierno se decida a avanzar en esos planes radicales logre hacerlo sin grandes convulsiones políticas y sociales en un país como Argentina, con gran peso de los sindicatos y tradición de acción directa, en el que ha habido un deterioro constante de las condiciones de vida en los últimos años pero no grandes derrotas de la lucha de clases.
  •  Que los mecanismos bonapartistas mencionados y la proscripción a CFK no pueden ser separados de estas debilidades para llevar adelante el plan.
  •  Que el gobierno persigue sus objetivos en el marco de un mundo convulsionado e incertidumbre global.
  •  Que, para sostenerse, el esquema económico del gobierno depende del endeudamiento público, la inversión extranjera, la entrada de capitales especulativos, el blanqueo de dólares y una política de fuerte ajuste fiscal. Que en ese sentido la apuesta estratégica fundamental en el plano económico es a que Vaca Muerta y sectores como la minería contribuyan a crear un superávit energético que provea más dólares al país, aunque esta política tiene muchos interrogantes. Que ya en el corto plazo existe la duda respecto de si alcanzarán los ingresos por la cuenta de capitales para equilibrar la balanza de pagos durante este año y comienzos del próximo, dado que la cuenta corriente va encaminada a instalarse en niveles deficitarios elevados. Si no se logra, el estrangulamiento del sector externo puede derivar en una crisis de desarrollo rápido como la que hundió al gobierno de Macri. Que, en una mirada de largo plazo, existe también la duda respecto de cuál será realmente el despegue exportador hidrocarburífero y con qué ritmos. El riesgo es gastar a cuenta en exceso y que la hipoteca generada termine siendo muy superior a los dólares adicionales que el sector termine aportando en materia de exportaciones.
  •  Que, en caso de que el oficialismo logre aguantar el tipo de cambio hasta las elecciones, no se puede descartar en absoluto que después de las mismas se vea obligado a devaluar para intentar “resolver” los problemas del atraso cambiario -incluso por presión del FMI-, aunque su política sea la de apreciación del peso.
  •  Que una eventual derrota electoral del oficialismo (especialmente en la provincia de Buenos Aires), podría ser un factor de crisis que ponga en duda -incluso para las clases dominantes- la consistencia del volumen político del gobierno, tanto para avanzar en su proyecto en 2026 como para reelegir en 2027, retroalimentándose esto con los problemas económicos, sociales y de la lucha de clases.
  •  Que, a la inversa, nada indica que incluso un eventual triunfo electoral de La Libertad Avanza pudiera ser suficiente para alcanzar el capital político necesario que necesita el oficialismo para proponerse planes de reformas estructurales tan profundos, sin pasar antes por duras pruebas de la lucha de clases. Aunque no es equivalente la situación, es ilustrativo pensar la analogía con el macrismo para ver que no hay relación mecánica entre triunfo electoral y posibilidad de aplicar un programa: Cambiemos ganó de forma contundente las elecciones de medio término en 2017 y entró en crisis pocas semanas después de eso al querer acelerar sus planes de ataque con la política de “reformismo permanente” que encontró resistencia en las calles en las jornadas del 14 y 18 de diciembre. Meses después, entró en crisis también con los “mercados”.
  •  Que la situación actual -transitoria- puede devenir también eventualmente en prerrevolucionaria si hay saltos en la crisis y episodios más agudos de la lucha de clases, en el marco, asimismo, de la crisis del régimen de partidos en Argentina. Un eventual fracaso del gobierno de Milei sería el tercer fracaso consecutivo de un gobierno en el país.
  •  Que la incertidumbre del plan estratégico del gobierno, la crisis del régimen político y el crecimiento del descontento social constituyen un terreno más favorable para que nuestra actividad política permita apostar al desarrollo de la lucha de clases contra los avances autoritarios y contra el plan de Milei, el FMI y las grandes patronales, y a saltos cualitativos en la construcción de un partido revolucionario por el que batallamos desde el PTS.
  •  Que nosotros, el PTS en el Frente de Izquierda, venimos estando junto a miles de compañeros y compañeras en la primera línea de la resistencia a los ataques de Milei, los gobernadores y las patronales. Que esta ubicación contrasta con la de todos los partidos del régimen y de todas las alas de la burocracia sindical, lo cual, como mencionamos antes, es reconocido y se refleja en el prestigio y el amplio auditorio que tenemos el partido y sus referentes.
  •  Que en las elecciones adelantadas de Santa Fe, Jujuy, Salta y CABA (ver balances respectivos acá, acá, acá y acá), venimos participando con un programa de agitación para la resistencia a los ataques y de salida a la crisis, anticapitalista y socialista, contra los planes de ajuste y entrega de Milei, el FMI y las grandes patronales, así como contra los partidos cómplices del régimen (Ver proyecto de resolución electoral para el XX Congreso del PTS).
  •  Que la profundidad de la crisis económica, política y social, así como los niveles de ausentismo electoral, que son síntomas de la crisis del régimen, nos interpelan para rediscutir un discurso político de conjunto contra el plan de Milei, el FMI y las grandes patronales, así como contra todos sus cómplices (Ver proyecto de resolución sobre discurso político para el XX Congreso del PTS).

    El XX Congreso del PTS, resuelve:

  •  Encarar las tareas del próximo período bajo la premisa de que la situación política estará caracterizada por inestabilidad política, económica y de la lucha de clases.
  •  Que nuestra ubicación política parte de plantear que hay que derrotar el ataque proscriptivo contra Cristina Kirchner, que es a la vez un ataque contra el derecho a decidir de todos los electores, ya que busca dejar en manos de la casta judicial determinar quién puede ser candidatx y quién no. Que partimos de que si esos ataques pasan, luego se volverán contra la izquierda y contra todo el pueblo trabajador. Que decimos que es urgente que la dirigencia peronista convoque a movilizaciones masivas en todo el país. Que hay que copar las calles de CABA y las grandes ciudades como parte de esa gran pelea. Que la CGT y los sindicatos tienen que romper la escandalosa tregua que vienen llevando adelante y convocar a asambleas, paro nacional activo y plan de lucha. Es necesario desarrollar una amplia lucha en las universidades de todo el país, apelando a asambleas, clases públicas, tomas de facultades y movilizaciones.
  •  Que esta lucha es parte de nuestro planteo de denunciar al gobierno de Milei, al FMI y a las grandes patronales, y de la perspectiva de que no hay salida bajo el régimen del FMI, del cual son parte también todos los partidos patronales, que no están dispuestos a romper con este esquema de sometimiento y entrega del país.
  •  Que si bien luchamos junto a sectores del peronismo contra la proscripción a CFK, nuestro planteo frente a los planes de Milei, el FMI y las grandes patronales es opuesto por el vértice a estrategias como la de los dirigentes del peronismo, que es la de esperar al recambio electoral en 2027 (para después gobernar bajo el régimen del FMI, como vimos con el Frente de Todos). Que para eso planteamos también la apuesta a recuperar las organizaciones de lucha de manos de la burocracia, así como la autoorganización y la coordinación en el movimiento obrero y estudiantil, y en sectores como jubilados o el movimiento de mujeres.
  •  Que apostamos, a partir de las luchas reales que se están dando, a rodear a cada una de solidaridad, así como para acumular volúmenes de fuerza en pos de la necesidad de imponer un plan de lucha, en la perspectiva de la huelga general activa para derrotar al gobierno de Milei y los planes de ajuste y entrega.
  •  Que la tribuna electoral en los próximos comicios, así como toda nuestra agitación y propaganda política en los meses venideros, estará encarada desde esta perspectiva de agitación de independencia de clase y de un programa de salida obrero y socialista frente a la crisis.
  •  Que todos estos planteos los hacemos desde la perspectiva de pensar las luchas del presente con la mira en el horizonte de un “Cordobazo del siglo XXI”, expresión con la cual planteamos la necesidad estratégica de una huelga general insurreccional que derrote los planes patronales y que, para triunfar , tiene que ser acompañada por la construcción de un gran partido anticapitalista, socialista y revolucionario de la clase obrera que ayude también al desarrollo de organismos de autoorganización de la clase trabajadora y sectores populares. Esto permitirá avanzar en conquistar un gobierno de lxs trabajadores que inicie la transición al socialismo, única forma de asegurar la victoria sobre los explotadores.
  •  Que, en pos de esos objetivos estratégicos, nuestra construcción partidaria en esta etapa (incluyendo a sus agrupaciones) y más que nunca, es inseparable de conquistar lazos orgánicos con los sectores de vanguardia y con las masas, no sólo como parte de ganar influencia política en general, sino en particular apostando a la organización de los más amplios sectores en los lugares de trabajo, de estudio y las barriadas obreras y populares, peleando por recuperar las organizaciones de manos de las burocracias y por crear nuevas instituciones de lucha, con el fin de conquistar un peso que pueda ser decisivo en los próximos acontecimientos de la lucha de clases.
  • Fernando Scolnik

    Nacido en Buenos Aires allá por agosto de 1981. Sociólogo – UBA. Militante del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001.

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