El guiño de Javier Milei al PRO desde Roma para que el La Libertad Avanza camine hacia una fusión con el partido fundado por Mauricio Macri todavía no convence a los referentes de la fuerza amarilla, que no ven aún las condiciones para sellar una alianza que suena como posibilidad desde el primer día de la nueva administración. Gobernadores del PRO no descartan la opción, pero alertan sobre el riesgo de convertir el sello en un partido municipal si no se garantizan cambios.
La afirmación del Presidente a sus colaboradores, que anticipó Clarín, sorprendió a propios y extraños. En primer lugar, a los dirigentes del PRO que están comunicados de manera permanente con Macri e intercambian mensajes con Milei.
También desconcertó a funcionarios con despacho en la Casa Rosada que hasta minutos antes de que trascendiera la luz verde del mandatario a la fusión con el PRO le bajaban el precio a la incorporación inminente de figuras clave del macrismo, una opción que se acrecentó por las declaraciones en ese sentido de Patricia Bullrich y la confirmación del inminente pedido de renuncia a los funcionarios nacionales que llegaron al Ejecutivo para tender puentes con gobernadores que ordenaron votar en contra de algunos artículos de la fallida Ley Ómnibus.
“Todavía no están dadas las condiciones”, señalan dirigentes de la primera línea del PRO que hablaron en las últimas horas con Macri sobre las versiones de un rediseño en el esquema de poder oficialista. En el macrismo sacan cuentas y consideran insuficiente el músculo legislativo que podrían acumular en el Congreso.
La votación de la ley ómnibus en Diputados dejó en evidencia esa debilidad, que podría acrecentarse si el Mega-DNU recibe un revés de en el Palacio Legislativo. “Están a cuatro senadores de que el Senado lo rechace”, reflexionó un alfil del macrismo, alarmado por la guerra abierta entre el Presidente y los gobernadores.
En el PRO señalan que la única posibilidad de que se sumen al Gobierno es que se incorporen dirigentes con territorialidad y que sea una decisión del espacio, dos requisitos que no estuvieron en el desembarco de Bullrich y su equipo en Seguridad. La misma objeción plantean sobre las versiones de un cargo importante para el ex titular de Vialidad Javier Iguacel.
Varios gobernadores del partido alertan que, si no hay cambios en el vínculo político, el PRO camina hacia una extinción segura. Aseguran que -bajo las condiciones actuales- el partido se convertirá en una fuerza municipal que desaparecería el día que termine su mandato en la Ciudad. Reclaman recursos, pero sobre todo una convivencia respetuosa en el Gobierno que integrarían. .
Otra condición que se discute puertas adentro del partido es la necesidad de que ex funcionarios del massismo y del peronismo abandonen sus lugares. “A nosotros nos fue mal en el tercer año, pero no les dimos nada (al peronismo y los gobernadores). Ellos (por el Gobierno) les dieron de todo y los cagaron. Tienen que profundizar su curva de aprendizaje y confiar en nosotros”, precisó un ex ministro de Macri que sigue cerca del ex presidente.
Entre los referentes con peso propio que podrían ocupar lugares de responsabilidad no hay sorpresas: se menciona a Cristian Ritondo, María Eugenia Vidal o Diego Santilli. El primero había sido propuesto por Macri para ocupar la presidencia de Diputados, cargo que recayó en el libertario Martín Menem. “También lo querían a (Florencio) Randazzo y les terminó votando en contra”, apuntaron contra el diputado de Haciendo Coalición Federal, un tiro por elevación al ministro del Interior, quien empujaba esa opción.
La ex gobernadora bonaerense en cambio suena desde hace días para ocupar la ANSES, que deberá dejar el cordobés Osvaldo Giordano, que contaba con el aval de la ministra de Capital Humano Sandra Pettovello, pero quedó expuesto por el voto de su esposa Alejandra Torres en contra de incisos clave de la “ley bases”. En el PRO responsabilizan a la legisladora de haber sido una de las principales promotoras de los cambios en las jubilaciones que obligaron al oficialismo a dar marcha atrás con la ley ómnibus. En el entorno de Vidal niegan que esté interesada en el organismo y otros pesos pesado de su espacio sostienen que las versiones buscan en realidad alejarla del cargo.
Santilli suena como recambio del ministro del Interior Guillermo Francos, que esta semana tuvo que reiterar que nunca pensó en renunciar a su cargo. El ministro político es el principal blanco de las críticas del PRO por haber sellado el desembarco de dirigentes cercanos a Juan Schiaretti y Martín Llaryora en puestos clave sin la contraprestación legislativa que imaginaban y por haber sumado a Daniel Scioli al Ejecutivo.
Los dirigentes más importante del PRO recogen en la calle el pedido de sus votantes para “ayudar” a Milei y obran en consecuencia. Sin embargo, temen que el Presidente repita el recorrido de mandatarios como Donald Trump o Jair Bolsonaro que no pudieron renovar sus mandatos y perdieron contra sus adversarios más duros. “Bolsonaro perdió dos años de gestión por pelearse con el Congreso”, sostienen.
Entre los legisladores del PRO hay encono con Federico Sturzengger. Argumentan que el arquitecto del Mega-DNU obturó un proyecto de ley espejo de la reforma laboral que bochó la Justicia, porque no incluía la eliminación de la cuota sindical.
Algunos referentes del macrismo le reconocen al asesor presidencial Santiago Caputo su capacidad para leer el ánimo social, pero no su expertise para tejer acuerdos políticos y lo señalan -al igual que al Gabinete Nicolás Posse- por haber obturado la llegada de macristas a puestos clave.