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30 octubre, 2024

Confianza en las vacunas: la mayoría dice que se daría la del dengue y la opinión que sorprende sobre el Covid

No importa cuál sea, ni la tecnología detrás de cada pinchazo. Las vacunas activan el sistema inmunitario y disminuyen el riesgo de contraer enfermedades inmunoprevenibles y/o desarrollar cuadros graves de infecciones.

Pero en Argentina, con uno de los calendarios de vacunación más actualizados y completos del mundo, además de gratuito, parece no percibirse tan lineal el beneficio de vacunarse y vacunar a niños y niñas.

El efecto de la pandemia del coronavirus, el coletazo de las dudas sobre la seguridad y la eficacia de las diferentes marcas, llevó a una caída en las tasas de cobertura de inmunización que todavía cuesta encauzar.

Un informe de la Fundación Bunge y Born reveló este jueves que la confianza en las vacunas cayó respecto a hace un año y sigue sin recuperar los niveles prepandemia. Sobre todo en los más jóvenes y en los mayores de 65 años.

Además, Argentina se volvió más desigual en términos de acceso a poder vacunarse y se profundizó el desconocimiento sobre las ventajas de hacerlo.

Según un relevamiento, más gente dice que no aplicará el refuerzo de la vacuna contra el Covid. Foto: EFESegún un relevamiento, más gente dice que no aplicará el refuerzo de la vacuna contra el Covid. Foto: EFEPero hay una novedad y una sorpresa en los indicadores: la vacuna del dengue, tan reciente y con la cobertura parcial de las prepagas, tiene altísima aceptación. 8 de cada 10 argentinos se la darían. Un refuerzo de la del covid, por el contrario, no es nada convocante.

No sube la confianza y cae el acceso

Por quinto año consecutivo, el Índice de Confianza y Acceso a las Vacunas (ICAV) busca entender si las variaciones en las tasas de cobertura responden a la existencia de barreras de acceso a la vacunación y/o a una erosión en la confianza pública respecto de la importancia, seguridad y eficacia de las vacunas.

Los resultados de 2023 muestran que el índice de confianza fue de 85,2 puntos (considerando 0 como confianza nula y 100 como confianza plena). Cayó 0,8% frente a 2022, cuando midió 85,9 puntos y mostraba un leve aumento, de 0,5%, respecto a 2021.

«Si bien es un índice alto y se ve estabilizado, hasta el momento no se recuperaron los valores previos a la pandemia», explica Julio Ichazo, coordinador de Proyectos de la Fundación Bunge y Born. Es que en 2019 fue de 93,7 puntos, así que la caída actual es de 9,1%.

El estudio fue realizado entre noviembre y diciembre de 2023 sobre 7.199 casos encuestados por celular. Abarcó todas las regiones del país, a los distintos grupos etarios, con distinción por género, y según sus niveles educativos.

Este parámetro para medir la confianza en las vacunas tiene tres componentes: la efectividad, su importancia para niños y niñas y si son seguras. El 84,9% piensa que son efectivas; el 87,7% cree que son importantes para los niños y niñas, y el 90,1% las considera seguras.

En todos los casos los porcentajes se mantienen, con pequeñas bajas respecto al año pasado, pero un 9,4%, 8,2% y un 6% por debajo de 2019, respectivamente.

La mayor confianza se registra en la Patagonia (86,3) y el NEA (86,1), en los dos casos con leves subas respecto a 2022. La región Centro (85,7), el NOA (85,3), AMBA (84,5) y Cuyo (84,2); presentaron leves descensos respecto al informe anterior.

«Esto demuestra que la confianza no es un problema regional, es de alcance nacional. No hay ninguna región que se aleje mucho del promedio», marca.

A más jóvenes o más mayores, menos confianza

Quienes están entre los 15 y 20 años aumentaron levemente su confianza respecto a 2022, pero sigue siendo parte del grupo que menos confía, seguido por los mayores de 65.

«Esto es preocupante, porque los más jóvenes el día de mañana decidirán sobre la vacunación de sus hijos o menores a cargo», advierte Ichazo. Al igual que preocupa la baja confianza de los adultos mayores, que pertenecen al grupo de riesgo más elegible para la inmunización.

Quienes más confían en las vacunas son las personas de entre 51 y 65, seguidas por las de 41 a 50, los de 31 y 40 y los de 21 a 30.

En cuanto al nivel educativo, las personas con la primaria incompleta tienen una confianza mucho menor al resto, con 78,8 puntos, frente a los de mayor educación (con posgrados o más) con 88,3 puntos.

El índice de acceso, que tuvo cambios en la medición en 2022, por lo que la comparación sólo se realiza con respecto a ese año, abarca el análisis de la información sobre dónde vacunarse, el costo de trasladarse hacia el vacunatorio, la dificultad en llegar, el rechazo previo al intentar vacunarse (por ejemplo, por no tener turno), horarios y tiempos de espera en los vacunatorios.

El índice de acceso general de la población en 2023 se ubica en 67,9 puntos, un 2,2% menos que el año pasado.

La Patagonia tiene el mayor índice (72,4), le siguen Cuyo (71,2), la región Centro (69,4), AMBA (68,2), NOA (63,9) y NEA (63,8).

La desigualdad en el acceso se ve claramente al medir el nivel educativo, que ya se volvió un predictivo. Va desde 55,5 puntos para quienes tienen primaria incompleta a 81,3 en las personas con posgrados o más.

Quienes tienen un nivel educativo superior, entonces, tienen 14 puntos más que el promedio y casi 30 puntos más que quienes menos estudiaron.

La del dengue sí, un refuerzo del covid no

Ocho de cada 10 personas contestó en esta encuesta que se aplicaría la vacuna del dengue si estuviese disponible.

El índice de confianza es más alto que la media para ese «nuevo» pinchazo, alcanzando los 89 puntos para quienes se la aplicarían y 68 para quienes no.

Es importante destacar que la encuesta se realizó entre noviembre y diciembre de 2023, al mismo tiempo que la vacuna contra el Dengue se ponía a disposición del público, para todas las personas mayores a cuatro años, hayan o no cursado la enfermedad.

Pero en la encuesta no se habló del costo que hay que abonar por esa vacuna, que todavía no es de aplicación gratuita en todo el país. «Es un dato interesante que se analizará en el informe del año que viene», aclararon.

Una situación bien distinta se da con la dosis de refuerzo de la vacuna contra el covid. El relevamiento muestra un dato alarmante: cerca de la mitad de los argentinos (el 46%) no tiene pensado aplicarse el refuerzo.

«Esto puede llegar a tener efectos a mediano plazo ante una nueva ola de contagios y mayor cantidad de enfermedades graves, especialmente en pacientes de riesgo. Posiblemente la diferencia es que el covid se percibe como una gripe, algo endémico, y el dengue es una novedad que sí preocupa», cerró Ichazo.

También se observó un marcado desconocimiento de las recomendaciones del Ministerio de Salud de la Nación sobre aplicar al menos una dosis de refuerzo anual de la vacuna COVID-19 para la población mayor a 6 meses. Casi 4 de cada 10 encuestados (37%) consideró que dicha recomendación era falsa.

Sobre el rol de los profesionales de la salud en cuanto a la vacunación, 2 de cada 10 encuestados afirmó haber recibido la recomendación de parte del médico de no aplicarse vacunas debido a que las consideran inseguras.

A partir de esta afirmación, se detectó una “asociación” entre quienes recibieron la recomendación de “no vacunar” y niveles más bajos de confianza.

SC

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