Debido al olor nauseabundo que salía de una vivienda ubicada en la localidad de Maipú, provincia de Mendoza, vecinos decidieron alertar a la Policía. Lo que descubrieron fue macabro: un hombre se encontraba sin vida desde hacía varios días y y sus perros estaban comiendo su cadáver.
La horrorosa situación ocurrió en una casa del barrio Parque Norte, donde Pedro Roberto Andrade, de 55 años, vívía junto a sus mascotas.
Al ingresar este viernes al lugar después de acudir a un llamado a la línea de emergencias 911 efectuado por vecinos, los agentes se encontraron al difunto en la cama de su dormitorio, en estado de descomposición, y con los perros alimentándose de él.
Andrade, según los datos que pudo recopilar la Policía en distintas entrevistas con los vecinos, había sido visto por última vez el pasado lunes.
También establecieron que sufría diabetes y psoriasis, de acuerdo a las informaciones que publicaron distintos medios mendocinos.
De esta manera, si bien creen que su muerte fue natural y pudo estar relacionada con esas enfermedades, ordenaron las pericias correspondientes para determinar fehacientemente sus motivos.
Intervino en la causa la fiscal de Homicidios Andrea Lazo, quien trabajó en el lugar con el objetivo de recolectar pruebas.
Un episodio similar ocurrió en Brasil, más precisamente en la ciudad de Pirenópolis, ubicada en el centro del país y al oeste de su capital, Brasilia.
Allí las autoridades encontraron los restos óseos de un expolicía de 53 años identificado como Clédio Vilela Cardoso. Según las primeras informaciones, también fue devorado por sus perros.
Al igual que Andrade, el hombre vivía solo junto a sus seis mascotas y se encontraba de luto tras haber perdido a su hijo en 2019. “Vivía solo en una finca alejada de la ciudad, aislada y de difícil acceso”, afirmó Tibério Martins, el jefe de Policía.
Autoridades de Pirenópolis encontraron los restos óseos de un expolicía de 53 años, devorado por sus perrosEstiman que sus perros estuvieron sin ingerir alimentos las últimas dos semanas. “Es probable que los perros comieran el cuerpo por hambre”, deslizó Martins, y agregó que el hombre había sido visto por última vez el 8 de abril.
Y completó: “Los tejidos del cuerpo ya no se pueden analizar, pero la policía todavía puede comprobar los huesos para ver si hay alguna fractura o signos de violencia externa”.
ES
