Jorge Bergoglio, el papa Francisco, falleció este lunes 21 de abril a las 7:35 horas de la mañana (hora de Italia). Su última aparición publica había sido tan solo unas horas antes, el Domingo de Resurrección, donde el Sumo Pontífice participó de la misa de Pascuas en el Vaticano.
En el balcón de la logia central de la basílica de San Pedro para la tradicional bendición “Urbi et Orbi”, el Papa hizo un contundente llamamiento por la libertad religiosa como condición indispensable para la paz en el mundo.
“No puede haber paz sin libertad de religión, libertad de pensamiento, libertad de expresión y respeto por las opiniones de los demás”, afirmaba en ese momento el pontífice de 88 años en su mensaje pascual, que fue leído por su colaborador mientras él permanecía en silla de ruedas junto al balcón, ante unos 35.000 fieles congregados en la plaza.
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Ni millonario ni propietario de grandes bienes
El 13 de marzo de 2013, Jorge Bergoglio salió al balcón del Vaticano, ya no como un hombre más de la Iglesia católica, si no como el Papa Francisco. Honrando su dedicación a la lucha contra la pobreza y los abusos, el Sumo Pontífice tomó la decisión de no cobrar el salario que tradicionalmente reciben los papas. Cabe señalar que por su cargo a Bergoglio le correspondía un sueldo mensual de $32,000.
A pesar de ocupar un cargo de alto perfil, el patrimonio y salario del que disponía son muy distintos a los de otros líderes religiosos. Pese a no poseer bienes a su nombre, el papa sí tenía a su alcance ciertos recursos como vehículos oficiales o las residencias en el Vaticano. Pese a tener a su disposición el lujoso Palacio Apostólico, decidió residir en la Casa de Santa Marta, con el propósito de buscar una “forma simple de vivir” y el contacto con “otros sacerdotes”, según el exportavoz de la Santa Sede Federico Lombardi.
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Al respecto de sus bienes, el Papa expresó claramente en el documental ‘Amén: Francisco Responde’, cuál era su sueldo como máximo representante de la Iglesia Católica. “A mí no me pagan nada”, dijo textualmente Francisco. Y agregó: “Cuándo necesito plata para comprarme zapatos o así, la pido. Yo no tengo sueldo”. De esta forma, Francisco se mantuvo siempre fiel a su voto de pobreza, aunque otros representantes de la Iglesia sí reciben una retribución por su trabajo. El Vaticano confirmó que Jorge Mario Bergoglio, en su etapa como arzobispo en Argentina, nunca aceptó dinero personal y se mantuvo fiel a la filosofía jesuita.
RM
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