El cambio de época que vive la Argentina bajo el Gobierno de Javier Milei quedó evidenciado en varias estadísticas.
Por un lado, diciembre se posicionó como el mes con menos piquetes de 2024, a pesar de que históricamente esa época estaba marcada por un incremento en los conflictos sociales.
Además, durante ese período, la Ciudad de Buenos Aires descendió al puesto 14 entre las 24 provincias en cantidad de bloqueos. Este fenómeno, impulsado por la gestión de Javier Milei, generó la esperada reacción en el oficialismo.
La encargada de defender esta transformación fue la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich. “Se terminaron los piquetes, la 9 de julio ya no se corta más, las calles están liberadas para la gente que quiere trabajar“, declaró Bullrich al medio Clarín.
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Este cambio es, sin dudas, uno de los ejes centrales del nuevo control en las calles, una política que comenzó a aplicarse desde los primeros días de la administración de Milei.
Apenas llevaban diez días en el gobierno cuando los movimientos piqueteros de izquierda marcharon en conmemoración del “Argentinazo de 2001“. Sin embargo, la significativa presencia de policías federales y porteños desplegados durante el operativo limitó considerablemente la protesta piquetera.
Otro factor decisivo fue el recorte de fondos destinados a las organizaciones sociales, junto con denuncias judiciales contra sus líderes, acusados de extorsión a beneficiarios y de posibles desvíos de fondos. En esta área jugó un rol clave la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello.
La reducción de los piqueteres
De esta manera, y pese al ajuste, el año concluyó con una reducción del 27% en el número de cortes a nivel nacional, según datos de la consultora Diagnóstico Político. Los mayores beneficiados fueron los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires, donde los bloqueos disminuyeron más del 50%.
El informe incluyó interrupciones de todo tipo. Solo el 21% de los bloqueos correspondió a organizaciones piqueteras, mientras que el resto se atribuyó a empleados, grupos de desocupados y vecinos autoconvocados.
“Vale solamente la palabra, no vale la piedra, no vale el palo, no vale intentar tomar el Congreso, cortar las calles. Los cambios en la Argentina no tienen vuelta atrás. El establecer un rígido protocolo para regular las protestas sociales y garantizar el libre tránsito se inscribió en la misma lógica que instauró Javier Milei apenas asumió la Presidencia“, añadió Bullrich.
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Cabe recordar que Bullrich ya había ocupado este cargo durante la gestión de Mauricio Macri. Sin embargo, la falta de determinación del expresidente y del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, resultó en un fortalecimiento de los movimientos piqueteros, quienes continuaron cortando calles mientras recibían más planes sociales.
“La sociedad argentina está agotada del caos“, continuó Bullrich, y agregó: “Reclama orden y hay un presidente que toma medidas y asume los riesgos. Es un gran logro de gestión haber liberado las calles y avenidas. Esto se nota claramente en la Ciudad de Buenos Aires“,
“El triunfo sobre las agrupaciones piqueteras, y los sindicatos muestra cambio en la forma de hacer protestas, ahora se respetan las leyes, no hay cortes, y se marcha sobre la vereda“, explicó.
Este protocolo fue presentado el 14 de diciembre, justo en la semana previa a la mega marcha que los piqueteros de izquierda habían convocado. Simultáneamente, se habilitó la línea telefónica 134, para que aquellos que eran obligados a asistir a las protestas bajo la amenaza de perder sus planes sociales pudieran denunciar a los punteros.
