Un nuevo ataque anti derechos: “el gobierno eliminó este martes el Registro Nacional de Comedores y Merenderos Comunitarios de Organizaciones de la Sociedad Civil(RenaCom), encargado de acreditar la existencia de espacios gestionados por organizaciones sociales que brindan asistencia alimentaria”. Así lo informan los medios al dar cuenta de este nuevo golpe a los sectores más vulnerados por este gobierno ultraderechista y represor.
Desde que asumió Milei con su ministra del hambre, Sandra Pettovello (ministerio de Capital In-Humano), dejaron sin alimentos a los comedores populares, las copas de leche y merenderos comunitarios. Fueron noticia durante bastante tiempo porque se veían los depósitos llenos de alimentos, de útiles escolares y hasta mochilas, pudriéndose. Porque debido al odio a los sectores más necesitados y pobres que expresa este gobierno liberfacho, preferían dejarlo pudrir a tener que entregarlo a los comedores populares para alimentar a nuestras infancias.
Este registro de alcance nacional (el RenaCom), que debíamos hacer todas las organizaciones sociales a cada uno de los diferentes gobiernos, con sus respectivos ministerios de Desarrollo Social, tenían el sentido de no solo rendir cuentas, sino de organizar y visibilizar el funcionamiento de nuestros comedores y merenderos.
Las organizaciones sociales, territoriales y comunitarias nunca nos negamos a que fueran a inspeccionar, que viniesen a ver si existíamos, si funcionaba el comedor. Incluso, aún sin recibir alimentos de este gobierno ajustador, como podíamos nos organizamos en los barrios para hacer una olla, un guiso, un desayuno o merienda.
Otra mentira del gobierno ajustador y represor
Ahora, ante el avance de su política, al ningunear la pobreza -porque ellos que ganan millonadas- no les preocupa ni necesitan, liquidan este registro público y nacional de los comedores donde estaban inscriptos todos. Lo hacen porque seguía siendo una manera de tener una evidencia de que existen los comedores, las copas de leche y los merenderos barriales o comunitarios, cumpliendo un rol social ante el hambre que no espera.
El argumento del gobierno es decir que “a partir de ahora, bajo el nuevo esquema de gestión, el acceso a la asistencia alimentaria se verifica con visitas presenciales en los territorios”. Pero jamás pisaron un comedor, nunca bajar al territorio para ver los desastres que está generando su modelo económico. ¿Y pretenden que les creamos que ahora lo van a hacer? ¿De dónde van a sacar la información de dónde están ubicados esos comedores y cómo asistirlos y seguir su funcionamiento? Pura mentira, es otro avance de la ultraderecha represora contra los pobres.
La deuda es con nuestras infancias, plata sobra
Con Milei, nuestro país ha realizado enormes y multimillonarios pagos por la estafa de la deuda al Fondo Monetario Internacional y los bonistas buitres o acreedores privados y otros organismos multilaterales de crédito. Son billonarias sumas de dinero que podrían saldar el hambre en Argentina.
Es que como detalla la Oficina del Presupuesto en el Congreso nacional sobre sus informes de las Operaciones de deuda pública solo en mayo “se cancelaron intereses de deuda en moneda extranjera por el equivalente a U$S 854 millones, de los cuales U$S 612 millones correspondieron a préstamos del FMI”. A esa montaña de plata se debe agregar todo lo que se pagará hasta fin de año: “los vencimientos en pesos de junio a diciembre de 2025 ascienden a $102.936.462 millones y en moneda extranjera se estiman en el equivalente a USD 9.219 millones” (ver informe).
La única deuda a “honrar” es con nuestras infancias pobres, con más de la mitad de las niñas, niños y adolescentes en Argentina que viven en la pobreza y buena parte en la indigencia. La otra deuda es una estafa. Y las estafas no se pagan.
Por eso la tarea es seguir luchando para que se restituya e incremente la entrega de alimentos a los comedores populares, se universalice la asistencia social, se aumenten los montos de los programas sociales que congelaron en míseros $ 78.000 desde que asumieron. Y exigir un paro y plan de lucha a la CGT y las CTA hasta que se vayan Milei, Pettovello, Patricia Bullrich y todos sus secuaces. Esa casta parasitaria que gobierna para los ricos y el FMI, que se lleva millones de pesos a los bolsillos y no le importa nada de nuestros pibes y pibas, que no tienen para comer en esta alarmante situación de pobreza que vivimos.
Es fundamental tomar el ejemplo del Garrahan que coordinó la lucha con todos los sectores para que en la calle se sintiera un único y fuerte reclamo. La unidad es en la lucha y en las calles.