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31 octubre, 2024

La increíble aventura de una argentina en el Everest: se salvó de milagro de la muerte y logró romper un récord

Fueron los segundos más aterradores de su vida. La escaladora argentina María Belén Silvestris (34), sufrió un accidente en la cumbre más alta del mundo. Quedó colgando de una cuerda, amarrada a otros tres escaladores, en una pendiente de hielo a 8.400 metros de altura.

El accidente ocurrió cuando estaban a poco más de una hora de llegar a la cima de la montaña más alta del mundo, el monte Everest (8.848 msnm), en la cordillera del Himalaya, Asia.

En el grupo iban seis personas. «Un bloque de hielo donde estábamos pisando colapsó y se cayó. Todos los que estábamos arriba de ese bloque nos fuimos para abajo«, recordó Belén.

Los dos escaladores que no estaban atados a la cuerda, un deportista inglés y un sherpa (asistente de montaña nepalí), murieron al resbalarse en la pendiente del hielo, en la cornisa Hillary Step.

Belén, argentina radicada en San Pablo y ejecutiva de Marketing en una multinacional, logró sobrevivir con la ayuda de su sherpa.

Sabía que no sería fácil el desafío impuesto nueve años atrás: escalar la cumbre más alta de cada continente. Apenas 500 mujeres en el mundo escalaron el Everest y solo 100 hicieron el desafío conocido como Seven Summits. La misma travesía solo había sido lograda por otra argentina, la cordobesa Alejandra Ulehla, a los 43 años, en 2016.

María Belén Silvestris comenzó a escalar hace menos de una década y ya logró desafíos mayúsculos. María Belén Silvestris comenzó a escalar hace menos de una década y ya logró desafíos mayúsculos. Al alcanzar la séptima cumbre, Silvestris se convirtió en la sudamericana más joven en completar el desafío mundial. Es líder de Marketing de la empresa Procter & Gamble, y ha logrado combinar la vida profesional con su pasión por las montañas.

Comenzó a escalar en 2015 después de unas vacaciones en China y al Tíbet, donde conoció la base del Everest, la montaña más alta del mundo. En ese momento, subir a la cima del mundo parecía una locura ya que nunca había escalado en su vida.

Con la camiseta argentina, en la cumbre del Everest. Con la camiseta argentina, en la cumbre del Everest. En ocho años superó las siete montañas: Kilimanjaro, en Tanzania (África); Elbrus, en Rusia (Europa); Aconcagua, en Argentina (América del Sur), Vinson, (Antártida); Denali, en Alaska, Estados Unidos (América del Norte), Mawson, en Australia (Oceanía) y Everest (marca la frontera entre Nepal y China, en Asia).

El accidente

La expedición al Everest le llevó 40 días de aclimatación a la altura de la montaña. La primera etapa la hizo en compañía de su marido y su padre. Fue un trekking de 12 días.

El grupo de escaladores pasó por Katmandú para volar a Lukla, y desde allí siguieron al campamento base del Everest, a 5.800 metros de altura. Rodearon las famosas khumbu ice fall, cascadas de hielo cerca de un glaciar, donde existe riesgo de desmembramiento y avalanchas.

En la última fase de aclimatación, Belén se sumó a un grupo de brasileños, con quienes ascendió al campamento 3 del Everest, a 7.000 metros de altura. Luego volvieron a bajar y descansar, para esperar la ventana de buen tiempo y avanzar hacia la cumbre de 8.848 metros de altura.

Los escaladores en la montaña. Dos integrantes del grupo murieron. Los escaladores en la montaña. Dos integrantes del grupo murieron. Silvestris era la única argentina en su expedición. El Everest requiere uso de oxígeno externo en la última etapa de escalada, para superar los 8 mil metros. «El cansancio era cada vez mayor y me costaba dar cada paso en la última etapa», contó.

Entonces ocurrió lo peor. «Fue muy duro para mí ese día de cumbre. Hubo un colapso en el hielo, a 8.600 metros de altura. Seis escaladores nos caímos, cuatro quedamos agarrados de la cuerda por el mecanismo de seguridad y dos, infelizmente, se cayeron», describe con angustia.

Recuerda el momento como de extremo terror: «La incertidumbre por saber cuánto tiempo más iba a sostenerme la cuerda, de la que también dependían mis compañeros».

«Fue shockeante. Logré volver a tierra firme, gracias a la ayuda de mi sherpa que me sostuvo, pero ya no quería seguir. Pensé que no iba a llegar, que el intento por alcanzar la cumbre quedaría en un mal recuerdo, en una tragedia», relata Belén.

Silvestris quedó colgada de una pendiente a 8 mil metros de altura en el Himalaya. Pero siguió adelante. Silvestris quedó colgada de una pendiente a 8 mil metros de altura en el Himalaya. Pero siguió adelante. Cuando logró tranquilizarse, pudo reflexionar sobre el esfuerzo y el sueño que la había llevado hasta allá: «Estando tan cerca de la cumbre, tenía que animarme. Lo hablamos con mi sherpa y mi guía y decidimos seguir».

El momento de la cumbre, muy cerca de tocar el cielo con las manos, ocurrió el 21 de mayo. Distintos videos que la escaladora argentina subió a su perfil de Instagram @belsilbvestris recrean su enorme satisfacción por haber logrado la travesía.

«Llegamos todos acá. Sonam (por su sherpa) sos mi héroe para toda la vida, siempre en mi corazón. 2024 se termina, se terminan las siete cumbres, seven summits, cerrando como broche de oro con el Everest. Gracias a todos los que bancaron siempre», relató entre suspiros, quitándose de a ratos la máscara de oxígeno, desde la cima más alta del mundo.

En cuanto a la complejidad del Everest, Silvestris dice que no se compara con ninguna otra travesía porque es mucho más larga, requiere de paciencia, y gran esfuerzo físico y mental. «Tuve la mala suerte y la buena suerte de haber estado en ese accidente, que todavía sigo procesando porque nunca en mi vida viví algo semejante», sostiene.

Aprendizaje

«Fue emocionante haber logrado las siete cumbres. Todavía lo sigo procesando. Una sensación de alivio por el esfuerzo, el frío, el cansancio, pero alegría al mismo tiempo. A medida que van pasando los días es cada vez más la sensación de felicidad y me olvido del sufrimiento», describe.

La escaladora de Buenos Aires resume esta experiencia como un gran aprendizaje de que las metas son posibles: “Si me decían hace ocho años que iba a subir la montaña más alta de cada continente me hubiese reído. Si, además, me decían que lo iba a poder hacer creciendo profesionalmente, considerando todo el esfuerzo que requiere esta actividad, me hubiese parecido una locura».

Espera que su historia pueda motivar a más mujeres a ir más adelante.»Es un deporte muy machista. Solo 50 mujeres lo hicieron en el mundo, soy la segunda en Argentina. Parecía imposible y lo pude lograr. Nada es imposible, solo es cuestión de proponérselo, ir atrás de los sueños, y trabajar duro para alcanzarlo», dice Belén.

De ahora en más planea tener hijos y llevar una vida un poco menos riesgosa, pero sin dejar de sumar desafíos: «Aprendí que hay que ir atrás de los sueños, y sacarse los miedos», arenga.

AS

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