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31 octubre, 2024

La tragedia de la pareja argentina en París: «Mi hijo cumplió su sueño y antes de partir salvó cuatro vidas»

La entereza y la sabiduría con la que el papá de Emiliano Pennice habla del trágico accidente de su hijo en Francia, conmueve.

Daniel Pennice está en San Juan, esperando las cenizas de su hijo y de la novia, Noelia Maldonado; ambos murieron en un choque provocado por un conductor alcoholizado.

El accidente ocurrió el sábado 30 por la noche en la autopista A4, en la localidad de Tilloy-et-Bellay, entre Châlons-en-Champagne y Sainte-Menehould, en Marne, a unos 200 kilómetros de la capital francesa.

La pareja de Noelia Maldonado (33) y Emiliano Pennice (31) regresaban a París con un amigo, Juan Francisco Díaz, después de pasar el día en Reims.

Iban por la autopista que conecta Luxemburgo con París. Llovía con intensidad. A las 20.30, fueron embestidos en la ruta, desde atrás, por un conductor que venía en el mismo sentido y estaba ebrio.

Daniel, el papá, trabaja como docente de sexto grado en la escuela Justo José Urquiza, de Pocitos. Es un apasionado de los autos y los viajes, misma fascinación que heredó su hijo.

«Emiliano ahorró tres años y cumplió su sueño de vivir en Europa, consiguió trabajo, en apenas dos meses compró un auto para él y otro para su novia, y tenían planes de construir una vida juntos allá», contó el padre.

A la casa de la familia, en el municipio de Rawson, Gran San Juan, llegan amigos y familiares conmovidos por la tragedia. «Agradecemos tantas cadenas de oración, y mensajes de personas de todo el país y del exterior, que se han comunicado con nosotros», dice Daniel, que está asombrado por la repercusión de la noticia del accidente.

Daniel con su hijo Emiliano. El joven murió en Francia. Foto Gentileza Daniel PenniceDaniel con su hijo Emiliano. El joven murió en Francia. Foto Gentileza Daniel PenniceY destaca el papá que la misa de los veteranos de Malvinas, el 2 de abril, en Ushuaia, empezó con una oración para la pareja de argentinos que habían sufrido el accidente en Francia.

Noelia viajaba en el asiento trasero, iba durmiendo en el momento del accidente y falleció en el impacto. Emiliano, quien conducía, alcanzó a ser trasladado a un hospital, en grave estado. Sufrió una fractura en la vértebra a la altura de la cervical, lo que le produjo muerte cerebral.

 De izquierda Daniel con su pareja, su hija Lía con su novio, y Emiliano y Noelia. La foto la tomaron 10 días antes que se fueran a Francia. Foto Gentileza Daniel Pennice De izquierda Daniel con su pareja, su hija Lía con su novio, y Emiliano y Noelia. La foto la tomaron 10 días antes que se fueran a Francia. Foto Gentileza Daniel PenniceEl joven sanjuanino estuvo cuatro días internado en terapia intensiva, pero falleció el jueves pasado. Su familia decidió donar sus órganos.

«El milagro llegó: le dio vida a cuatro personas que estaban esperando un órgano», dijo Daniel. Fueron trasplantados el corazón, el hígado, los riñones y las córneas del joven.

Cumplir un sueño

En San Juan, Emiliano trabajaba como jefe de taller de uno de los principales concesionarios, vivía en un departamento en el centro y aprovechaba los fines de semana para viajar y hacer deportes con amigos.

«Le gustaba jugar al fútbol, al pádel, andar en kayak, pasear en moto y salir con la casilla rodante de la familia», describe su papá.

La moto y varios autos que iba comprando y arreglando los vendió para financiarse su viaje a Europa. «Lo decidió solo, no estaba seguro si España u otro lugar. Sacó el pasaje el año pasado, y a los pocos días conoció a Noelia», recuerda Daniel.

La pareja en Notre Dame. Foto Gentileza Daniel PenniceLa pareja en Notre Dame. Foto Gentileza Daniel PenniceFue un flechazo de amor de ambos. El padre de Emiliano pensó que su hijo iba a desistir de viajar a Europa porque ahora estaba de novio. Sin embargo, decidió sumar a Noelia a su aventura, y ella también compró pasaje.

Viajaron desde San Juan a Mendoza, el 23 de diciembre. La última foto de la familia completa fue en el aeropuerto mendocino. Luego volaron a España. Estuvieron en Madrid y en Barcelona, donde tenían amigos.

«Emiliano cumple años el 9 de enero y me dijo que hasta ese día lo iba a dedicar para recorrer ciudades, pero que a partir del 10, iba a buscar trabajo. Lo cumplió y no tardó en conseguirlo«, cuenta Daniel.

Aprovecharon los novios que el hermano de Noelia vivía en París (entrena en un club de hockey) y decidieron probar suerte en la capital francesa.

El Opel Corsa que se compró Emiliano y en el que lo embistió un conductor borracho. Foto Gentileza Daniel PenniceEl Opel Corsa que se compró Emiliano y en el que lo embistió un conductor borracho. Foto Gentileza Daniel PenniceEmiliano tenía conocimientos de mecánica (era autodidacta), hablaba fluido inglés y algo de francés. Con esos antecedentes, armó su curriculum vitae y se presentó en dos talleres de autos: «En los dos lo querían contratar de inmediato», asegura su papá.

Pero, al ver la demanda que había, el sanjuanino decidió buscar una tercera opción y concurrió a uno de los talleres de marcas de lujo más cotizados de París. Le hicieron una prueba y empezó a trabajar de inmediato.

«Pasaba los días arreglando autos Maserati, Ferrari, Audi, Mercedes Benz… estaba feliz, era un loco de los fierros», describe Daniel. Su hijo tenía un permiso legal de trabajo por un año.

La pareja aprovechaba los fines de semana para viajar y conocer. Foto Gentileza Daniel PenniceLa pareja aprovechaba los fines de semana para viajar y conocer. Foto Gentileza Daniel PenniceEl jefe del taller mecánico le comentó de un auto que estaba abandonado desde hacía tiempo y que tal vez podía arreglarlo y comprarlo. «Se lo quedó. Era el Open Corsa negro en el que tuvo el accidente«, dice su papá.

Todos los fines de semana, los novios salían de paseo y recorrían ciudades y pueblos. En esos viajes, Emiliano vio varios días un auto estacionado en la calle que no lo movían de lugar. Ubicó a la dueña para comprarlo y arreglarlo. Así fue como, en pocas semanas, logró regalarle a Noelia un auto.

Su novia, que en San Juan trabajaba como esteticista, no llegó a ingresar a ningún empleo porque primero quería tramitar la residencia legal.

Ella iba a viajar con su hermano a la Argentina a completar el trámite de la ciudadanía europea el domingo 31 de marzo. No pudo hacerlo: un día antes ocurrió el accidente en el que murió.

La repatriación

Parte de la familia de Emiliano está todavía en Francia: su mamá Mónica y su hermana Lía viajaron a París cuando Emiliano estaba internado en terapia intensiva.

Ellas y el hermano de Noelia se han encargado de gestionar los seguros para cubrir la mayor parte de los costos de cremación y traslado de los cuerpos.

Desde que llegaron, tuvieron que cumplir con trámites judiciales, propios de la investigación del accidente, y ya pueden disponer del traslado de los cuerpos.

En los próximos días, las cenizas de Emiliano y Noelia serán llevadas desde Reims a París, y desde allí deberán llegar en cofres sellados a San Juan.

«La única tranquilidad que a mí me queda es que Emiliano cumplió su sueño: viajar con el amor de su vida a Europa y conseguir trabajo allá», dice el papá.

Confiesa Daniel que no puede pensar en la muerte, que prefiere conectarse con lo positivo: «En este momento le doy gracias a Dios por habérmelo prestado 31 años. Mi hijo se fue de viaje, con el amor de su vida. Una vez más me ganó, me superó, pero ya lo voy alcanzar, tal vez con mi casilla, en algún viaje».

San Juan. Corresponsal

AS

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